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Escritura, visualidad, archivo y memoria: golpe y autorresponsabilidad ciudadana Opinión

Escritura, visualidad, archivo y memoria: golpe y autorresponsabilidad ciudadana

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Rolando Garrido Quiroz
Por : Rolando Garrido Quiroz Presidente Ejecutivo de Instituto Incides. Innovación Colaborativa & Diálogo Estratégico
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A los nacidos después de 1973 ¡Oh, sorpresa! Chile, nuestro país, aún no resuelve tener una nueva Constitución Política que no surja de la imposición autoritaria de un sector por sobre los demás, como podría volver a ocurrir el próximo 17 de diciembre del 2023. Aún es tarea pendiente porque vivimos en el mismo país que hereda, hasta el día hoy, una Constitución elaborada por orden de Pinochet y reformada en tiempos de postdictadura con la firma de Lagos, siendo un legado más del 11 de septiembre y su devenir luctuoso.


Cualquier chilena o chileno, independiente de su nivel de escolarización y, considerando sus posibilidades de acceso a los medios digitales, puede indagar libremente sobre las causas, eventos específicos, el contexto nacional e internacional, las opiniones personales e institucionales de todos los sectores políticos, sociales, empresariales, militares y culturales que vivenciaron o participaron directa o indirectamente en el golpe de Estado que ocurrió en Chile el año 1973, tomando en cuenta que este año 2023 se cumplen 50 años de esa decisión cívico militar que tomó la forma de una dictadura condenada en la mayor parte del planeta.

Cualquier persona, chilena o extranjera puede encontrar en los navegadores de internet abundante material textual digitalizado y una producción audiovisual de envergadura a nivel de archivos, para que se forme su propia impresión sobre las causas y las consecuencias de golpe cívico militar en Chile. No hay excusas en relación con la cantidad y calidad de la información pública y abierta sobre el tema, donde ya no existe una sola versión impuesta por un poder de turno. Usted, chilena o chileno, nacido antes o después de 1973 es responsable de procesar su propia aproximación a este hecho histórico, incluyendo la memoria y/o vinculación afectiva o familiar, cercana o lejana al día en que las Fuerzas Armadas y Carabineros llevaron a cabo el golpe de Estado e instauraron una dictadura cívico militar, comprendiendo que ese día era parte de un proceso cuya complejidad tiene explicaciones e injerencias nacionales y extranjeras.

¿Usted quiere comenzar por el principio? ¿Por el año 1970 o antes? ¿Quiere conocer cómo fueron los hechos que desencadenaron el golpe de Estado? Mire, escriba en un buscador de internet “Tacnazo”, “Agustín Edwards y la cofradía náutica”. Ahora busque en 1973 y escriba “tanquetazo”, “Plan Z”. Revise videos de políticos de ultraizquierda “Oscar Guillermo Garretón” o “Carlos Altamirano” o del golpista “Jaime Guzmán Errázuriz” durante el gobierno de la UP.

Si se entusiasma con la búsqueda de archivos de la época se enterará (por si no lo sabía) que Hernán Büchi era del MIR. ¿Quiere revisar que pasó entre 1973 y 1989? Indague en “Plan Cóndor”, “Caso degollados”, “Caso quemados”, “Venda sexy”, “DINA”, “CNI”, “Dicomcar”, “FPMR”, “MDP”, “Alianza Democrática”, “Asamblea de la Civilidad”, “terrorismo de Estado en Chile”. La lista es larga sobre cómo aconteció y en qué derivó el golpe de Estado cívico militar en Chile. Busque “Daniel López Banco Riggs 1985” o “José Ramón Ugarte”. Un estadista para algunos.

Usted, hoy en día, puede ser vecino o vecina de un reputado empresario de alta alcurnia que participó directamente en el asesinato del “General Schneider”, comandante en Jefe del Ejército de Chile en 1970, crimen que goza de la impunidad y el olvido de la sociedad chilena. Usted, chilena o chileno, puede encontrar archivos confiables y avalados por las instituciones judiciales donde está la lista completa de quienes participaron del asesinato del General Schneider.

En esos archivos va a encontrar a abogados con los cuales usted, tal vez, contrató sus servicios. Ahí le va a saltar en la lista un “Juan Luis Bulnes Cerda” o un tal “Guillermo Carey Tagle”, o bien, un empresario del vino con el cual usted ha compartido hace poco las páginas sociales de la élite chilena. Por ahí le aparecerá un tal “Julio Bouchon” que, para el golpista “General Roberto Viaux” se trataba de jóvenes idealistas y que hoy son archivos de esos años de impunidad.

Dese un tiempo y vea algunos documentales como “Chicago Boys”, “La memoria obstinada” o cualquier otro documental o programa que le recomienden sus amigos de derechas o de izquierdas, o bien, una profesora de Historia o quizás su hijo de 17 años que algo se ha informado sobre la forma en que se tomó la decisión de dar un golpe a la democracia en Chile.

Ahora nos toca a nosotras, las nuevas y viejas ciudadanías que habitan en Chile, para visitar el pasado, conmensurar el presente y visualizar un futuro, donde el concepto “democracia” tiene una marca indeleble con la autorresponsabilidad sobre las causas y consecuencias del golpe de Estado cívico militar que ocurrió hace 50 años y la calidad de democracia que queremos construir. ¿Qué tiene que ver esto con usted? Todo, por supuesto. A los nacidos antes de 1973 tienen que sentirse invitados a construir la “imagen otra”, la propia y la co-construida, sobre el golpe de Estado y la dictadura, en diálogo con sus familiares y vecinos y ser un promotor de los diálogos intergeneracionales, para producir aprendizajes significativos y situados.

A los nacidos después de 1973 ¡Oh, sorpresa! Chile, nuestro país, aún no resuelve tener una nueva Constitución Política que no surja de la imposición autoritaria de un sector por sobre los demás, como podría volver a ocurrir el próximo 17 de diciembre del 2023. Aún es tarea pendiente porque vivimos en el mismo país que hereda, hasta el día hoy, una Constitución elaborada por orden de Pinochet y reformada en tiempos de postdictadura con la firma de Lagos, siendo un legado más del 11 de septiembre y su devenir luctuoso. Además, tome en cuenta que serán los republicanos, pinochetistas en su mayoría, que las chilenas y chilenos eligieron para esta tarea en quienes, esta vez, recae resolver este desafío. Los mismos que en su campaña plantearon que no estaban interesados en una nueva Constitución, porque prefieren la Constitución de la dictadura.

Necesitamos como país diversificar la mirada para volvernos una comunidad dialógica. Desde una poética de la mirada, Gonzalo Millán erigió su arte poético y plástico, merodeando la realidad o el objeto en la mira. Así, su poesía escrita y su archivo plástico son seriales en su materialidad. La construcción de la “imagen otra” en Millán surge de un ejercicio descubridor o revelador de la mirada. Una aproximación diversificada, con atención en los detalles, desmarcada de una sola imagen estática en el tiempo, sea un golpe de Estado, la ciudad o cualquier realidad que nos toque enfrentar, para no quedarnos con una versión petrificada, ensimismada o intimista.

Aproximarse al golpe de Estado de 1973 es un acto de escritura, visualidad, archivo y memoria, para las viejas y nuevas ciudadanías en clave dialógica. De esa “imagen otra” brotará un Chile más poderoso y consciente de su pasado, presente y futuro. Diversificar la mirada es construir casa por casa, barrio por barrio, ciudad por ciudad las paces entre las ciudadanías, incluyendo el disenso como parte de nuevos consensos porque, durante el gobierno de Allende, también hubo familias que sufrieron la expropiación de sus empresas y tierras como la imposición de una política basada en un proyecto político no dialógico con otras miradas progresistas, ni con sus adversarios ideológicos. Nunca es tarde para diversificar la mirada y entrarle al diálogo.

La UP tuvo por propósito central cambiar la vida de los sectores más postergados, pero no supo lidiar con las dinámicas del juego de los poderes del propio Estado, así como tampoco supo gestionar el escenario nacional e internacional para dicho objetivo político. Fue un proyecto honesto en su narrativa reformista y revolucionaria, pero equivocado en la construcción de un nuevo Chile, donde las empanadas y el vino tinto no eran para todas y todos. También habitaban ese Chile personas comunes y corrientes que vivieron con angustia un país convulso y desenfrenado, donde el diálogo y la negociación campearon por su ausencia. Sin embargo, nada de eso, justificó en el pasado dar un golpe de Estado e imponer una dictadura clasista, revanchista, violenta, usurpadora y cobarde, amparada en el terrorismo de Estado. Nunca más.

Los archivos textuales, fotográficos, digitales y audiovisuales del ayer y aquellos que pasarán a ser archivos con la elocuencia y desparpajo de viejos y nuevos golpistas del presente, son parte de una memoria que se entreteje en comunidad y nueva ciudadanía. En el ejercicio de revisar archivos igual aparecerán posiciones inamovibles, la mala memoria, el olvido, la omisión y un despropósito altanero con las víctimas y familiares de las víctimas que sufrieron la violación de sus derechos humanos, desde el asesinato del General Schneider, hasta los últimos crímenes perpetrados por la dictadura cívico militar el año 1989.

También tenemos los archivos de la transición a la democracia, la alternancia en el poder, el estallido social y el diseño de una solución constitucional en veremos. Suficiente material de archivos, para volver a conversar con respeto, humildad y fraternidad sobre el pasado, el presente y el futuro de Chile. A quienes nunca fueron parte de una guerra, porque esa guerra nunca existió, en términos de lo que significa una guerra, entre dos bandos armados y pese a ese montaje, sufrieron las peores pesadillas y humillaciones que se pueden sufrir en una guerra, para ellos, mis mayores respetos y admiración porque su lucha ha sido por la paz, la verdad y la justicia.

Lo invito ahora a buscar en internet para ir nutriendo su propia carpeta de archivos textuales, digitales y audiovisuales: “Construcción de cultura de paz”, “infraestructura de paz” “justicia restaurativa”, “innovación colaborativa” y “futuro sostenible”. Hagamos click para hacer de Chile, entre todas y todos, una sociedad del afecto y le sumemos, por fin, a la igualdad y la libertad, la necesaria “fraternidad”.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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