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Día de la Campesina y el Campesino: cómo la justicia social llegó a los campos chilenos Opinión

Día de la Campesina y el Campesino: cómo la justicia social llegó a los campos chilenos

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Santiago Rojas Alessandri
Por : Santiago Rojas Alessandri Director Nacional de INDAP
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Somos conscientes de los desafíos a los que se enfrenta el campesinado en términos de inequidades, brechas y barreras que obstaculizan su desarrollo y productividad. En este contexto, nos comprometemos a impulsar medidas y políticas integrales que permitan a este sector prosperar y enfrentar los desafíos actuales y futuros.  


Un día como hoy, hace 56 años, el Presidente Eduardo Frei Montalva publicó la nueva Ley de Reforma Agraria 16.640 y la Ley de Sindicalización Campesina 16.625, iniciativas que cambiaron las formas de tenencia de la tierra, promovieron la organización sindical, modificaron las relaciones laborales y, enhorabuena, llevaron la justicia social al campo chileno. Dicho hito fue celebrado con una congregación masiva en la Plaza de la Constitución, a las afueras del Palacio de La Moneda.  

Este 28 de julio, el Presidente de la República, Gabriel Boric, conmemorará nuevamente el Día de la Campesina y el Campesino, quienes a lo largo de nuestra historia han desempeñado un papel fundamental en la producción de alimentos, en el desarrollo del sector agrícola y la conservación de las tradiciones rurales del país. Un detalle no menor es que justamente en este año, cuando se cumplen 50 años del Golpe de Estado, el Presidente rememorará esta fecha junto a las campesinas y los campesinos en La Moneda, como lo fue aquel histórico encuentro de 1967. 

Es importante recordar por qué la Reforma Agraria fue tan relevante y transformadora para el mundo rural. La mayoría de las campesinas y campesinos vivían en las haciendas de sus patrones y recibían apenas el 25% de sus salarios. El pago restante era en especies y en muchos casos no se concretaba. Las jornadas de trabajo se extendían hasta 16 horas al día, no contaban con vivienda propia y tenían escasas posibilidades de acceder al sistema educacional. El nivel de analfabetismo era alto, por ende, acrecentaba la marginación de la población rural.  

En este recorrido de transformación del mundo rural, el Instituto de Desarrollo Agropecuario (INDAP) ha jugado un rol protagónico, acompañando, fortaleciendo capacidades, entregando créditos especiales y asistencia técnica para los pequeños agricultores. Nacido al alero de la primera Reforma Agraria, que en noviembre cumple 61 años de vida, el INDAP ha contribuido al desarrollo económico sostenible y a la valorización de la Agricultura Familiar Campesina e Indígena y sus organizaciones, apoyando cada año a más de 171 mil 500 productores, a través de sus distintos programas e instrumentos de fomento y asistencia financiera. Cabe destacar que el INDAP es uno de los organismos del Estado con mayor cobertura territorial en nuestro país.  

Sin embargo, el golpe de Estado de 1973 y la posterior dictadura cívico-militar debilitaron la institucionalidad agraria, reduciendo el accionar de INDAP y amenazando su cierre definitivo.    

En la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado recordamos a quienes hicieron historia en la Agricultura Familiar Campesina e Indígena, que fue uno de los sectores más golpeados por la dictadura. El mundo rural sufrió 381 víctimas, entre torturados(as) y detenidos(as) desaparecidos(as). Como Gobierno reafirmamos nuestro compromiso con el resguardo y fortalecimiento de la democracia, en un contexto en que algunas y algunos justifican lo indefendible sin pudor, relativizando una dolorosa época de nuestra historia. Por eso, hoy más que nunca nuestro Gobierno está comprometido con la memoria, democracia y futuro.   

Desde INDAP sabemos los desafíos en torno a la Agricultura Familiar Campesina e Indígena, porque ha habido transformaciones radicales en el sector. En muchos países de América Latina y el Caribe la población rural ha ido disminuyendo paulatinamente, a pesar de que en nuestro país se ha mantenido casi constante en términos numéricos, su participación en términos porcentuales ha bajado.   

Adicionalmente, es uno de los sectores más expuestos al cambio climático y con mayor vulnerabilidad. Avanzar en materias de adaptación y mitigación es uno de los desafíos más relevantes que presenta la agricultura y la humanidad en la actualidad.   

Como institución, nos hemos adaptado rápidamente a estas transformaciones, tomando en cuenta las necesidades y demandas de las campesinas y los campesinos de nuestro país. Para ello, hemos llevado a cabo un proceso de Planificación Estratégica Participativa que involucró las voces de más de 1.300 personas, principalmente de funcionarios(as), instituciones públicas y privadas, extensionistas, representantes de organizaciones, campesinas(os). Este relevante proceso recogió, en las 16 regiones del país, más de 5.000 observaciones e indicaciones, para la posterior generación de propuestas y planes de acción.  

El principal objetivo de la Estrategia de INDAP 2023-2030 es promover una Agricultura Familiar Campesina e Indígena más inclusiva, sostenible y resiliente, reconociendo el valor y el rol fundamental de este sector como garante de la soberanía alimentaria para la seguridad nutricional y el desarrollo del mundo rural de nuestro país.  

Para abordar este titánico desafío al 2030, hemos definido 4 ejes estratégicos, principalmente basados en una Agricultura Sostenible y Resiliente; Mercados Inclusivos; Transformación participativa y asociativa, y el Fortalecimiento y Modernización de INDAP en términos generales.  

Somos conscientes de los desafíos a los que se enfrenta el campesinado en términos de inequidades, brechas y barreras que obstaculizan su desarrollo y productividad. En este contexto, nos comprometemos a impulsar medidas y políticas integrales que permitan a este sector prosperar y enfrentar los desafíos actuales y futuros.   

En el Día de la Campesina y el Campesino, con el apoyo del Presidente Gabriel Boric, y con la participación activa de las campesinas y los campesinos, de las funcionarias y funcionarios de INDAP, estamos listos para enfrentar los retos y las oportunidades que se presenten. En esta conmemoración reafirmamos el compromiso de trabajar juntos y juntas por una Agricultura Familiar Campesina e Indígena más productiva, limpia, verde, y donde la familia campesina juegue un papel central en la construcción de sistemas agroalimentarios más sostenibles. 

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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