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Estamos avanzando hacia mejores equilibrios macroeconómicos, pero aún falta Opinión

Estamos avanzando hacia mejores equilibrios macroeconómicos, pero aún falta

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Víctor Salas Opazo
Por : Víctor Salas Opazo Observatorio de Políticas Pública en ES Universidad de Santiago de Chile
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Estamos avanzando hacia mejores equilibrios macroeconómicos, pero no los hemos logrado aún. Pasadas las Fiestas Patrias, volvemos a nuestra realidad. 


La inflación está cayendo, pero deja dudas en el camino. El IPC general esperado para fin de año estará en 4,3%, estima el Banco Central en su último Informe de Política Monetaria (IPoM) de  septiembre, pero son varios los factores que hacen dudar. 

El IPC subyacente –sin volátiles (combustibles y comestibles)– seguirá alto y lento a la baja y se estima que, a diciembre de 2023, llegará a 6,5%, anualizado. Pese a que en agosto registró una variación mensual negativa de -0,1%, sigue con un rezago respecto al índice general, impactado por el alza reciente del dólar (+5,2% en agosto respecto a julio) y por el petróleo, cuyo precio en agosto de 2023 se ubica en 81,40 USD/Barril, nivel más alto que en noviembre de 2022, precio que sigue aumentando en fechas recientes (91,47 USD/Barril, WTI al 18/09/2023), por eso se espera que el IPC SAE siga rezagado durante este último trimestre del año. 

La inflación mundial, por otro lado, se está mostrando reacia a ser controlada en EE.UU., donde en agosto de 2023 ha sido del 3,7%, 5 décimas superior a la del mes anterior. Igual situación se observa en la Zona Euro (cuyo índice subyacente anualizado llegó en agosto a 5,3%) y China (con 0,1% de  inflación interanual, recuperándose de la deflación en que estaba). Conducta de precios  internacionales que mantendrá presentes en nuestro país los llamados factores externos sobre nuestros precios, de tal forma que en el Informe Macroeconómico Coyuntural, agosto de 2023, del Conversatorio de Política Económica del Departamento de Economía USACH, se espera que la tasa anualizada de inflación chilena, a diciembre de este año, esté más cerca del 5% que de la estimación oficial. 

Tampoco el PIB llegará bien a fin de año. Estamos viviendo un engañoso estancamiento de la economía, lento, larvado y que a veces nos da señales positivas porque, esporádicamente, crece un sector o actividad, como el dato de julio pasado en que el IMACEC salta de valores negativos a 1,8+, mientras, simultáneamente, los índices de producción de julio de 2023 presentan tasas interanuales negativas (Índice de Producción Manufacturera, -3,9%; Índice de Producción Industrial, -1,7%; Índice de Actividad del Comercio, -4,5%; Índice de Ventas de Supermercados, -7,7%). Por eso, cada vez  más existe convergencia en las estimaciones para el PIB de 2023: vamos a tener una tasa de crecimiento negativa del orden del -0,4% y, en el mejor de los casos, tendremos crecimiento cero. 

En el mercado laboral, naturalmente, también se observa una situación de estancamiento, mostrando poca capacidad de crear empleos y donde, según estimaciones del Conversatorio USACH, aún faltan 470 mil puestos de trabajo por recuperar para llegar a los niveles de tasa de ocupación prepandemia. Este estancamiento se manifiesta en una tasa de desocupación nacional promedio mensual durante todo el año 2023 de 8,525%, y sobre 8,8% en julio 2023, registrando un ascenso de 0,9 pp en doce meses, porque el alza de la fuerza de trabajo (3,0%) fue mayor a la de las personas ocupadas (2,0%).

A esta altura, en una clara tendencia a recuperar los equilibrios macroeconómicos de la economía  nacional, se puede afirmar que la política económica contractiva aplicada, monetaria, por parte del  Banco Central, y fiscal, por el Ministerio de Hacienda, ha sido acertada. La tendencia de los precios es concordante con el escenario estimado por el Central en los últimos meses para el corredor de la  TPM y el control de la inflación. Lo que no se podría haber logrado sin las decisiones contractivas del Gobierno, el cual mantuvo reducido el gasto fiscal en 2022 y controlada su expansión durante  2023. Acciones conjuntas que han permitido la efectividad de la política económica en el control, parcial aún, del fuerte proceso inflacionario vivido, pero que también afectó a la dinámica  productiva y de empleo del país.

Por eso es relevante que las políticas económicas que se apliquen  en este momento reactiven la actividad productiva y el empleo y mantengan control de los precios, para que estos no se vuelvan a descontrolar, pero sin mantener por largo tiempo el estancamiento  económico que vivimos.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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