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La libertad de destruir la naturaleza avanza en Argentina Opinión

La libertad de destruir la naturaleza avanza en Argentina

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Andrés Kogan Valderrama
Por : Andrés Kogan Valderrama Sociólogo. Diplomado en Educación para el Desarrollo Sustentable, realizando Diplomatura en masculinidades y cambio social. Magíster en Comunicación y Cultura Contemporánea.
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Al parecer, la reciente pandemia no fue suficiente para generar conciencia global y dar un giro relacional o un cambio a cómo hemos estado viviendo como sociedad.


El reciente anuncio de Javier Milei sobre un decreto de necesidad y urgencia (DNU), el cual busca desregular la economía en distintos ámbitos de Argentina, nos mostró que no está dispuesto a ceder en nada ni a dialogar con nadie con tal de implementar un programa de gobierno fundamentalista, negacionista y completamente desconectado de los grandes problemas que está atravesando el planeta en estos momentos.

De ahí que, más que sorprendernos, nos debiera preocupar lo que anunció en cadena nacional, lo cual es una clara muestra de que intentará llevar al extremo su ideología fascista libertaria, a costa de los más empobrecidos y de la naturaleza misma, en beneficio de los grandes grupos económicos en Argentina, que están felices de que esta ultraderecha venga a cuidarles y ampliar sus negocios.

Es así como en el caso de lo socioambiental, como nos muestra el Colectivo de Acción por la Justicia Ecosocial y la Asociación Argentina de Abogados/as Ambientalistas, este decreto solo retrata la negación explícita de Javier Milei sobre la crisis climática y sus causas antropogénicas, las cuales son para él un invento de organismos internacionales de la ONU, del gobierno chino y de eso que llama como globalismo.

Por lo mismo que cualquier tipo de salida o cambio en el rumbo del mundo a nivel productivo sea algo inútil para Javier Milei, por eso que su único norte es hacer crecer a como dé lugar la economía, vulnerando derechos y destruyendo territorios y bienes comunes naturales.

Es lo ocurrido con la derogación de la Ley de Tierras con este decreto, que abre la posibilidad de que grandes empresas extractivas extranjeras, sean estas mineras, sojeras, ganaderas, forestales, industriales y petroleras, se apropien de ríos, lagos y cuencas, destruyendo así economías locales y desplazando a comunidades.

Asimismo, está la derogación de leyes mineras (24.523 y 24.695), que lo que hace finalmente es desregular este sector para facilitar que grandes corporaciones actúen sin ningún control, transformando a la naturaleza en un mero medio para la obtención de ganancia y para acumular riqueza.

En lo que respecta al campo energético, se liberalizan tarifas y se apuesta por la eliminación del Fondo para el Desarrollo de la Generación Distribuida (FODIS), lo que es un claro retroceso para fomentar energías renovables que permitan disminuir los efectos de la crisis climática, que afecta siempre mayormente a los más pobres.

Por si fuera poco lo anterior, se modifica la Ley de Manejo del Fuego, cambiando el uso del suelo, lo que es un enorme peligro para los ecosistemas, ya que permitirá con mayor facilidad la destrucción de bosques y humedales, de parte de empresas agroalimentarias e inmobiliarias.

Por último, está la derogación de la Ley de Góndolas, que al priorizar las exportaciones de alimentos por sobre el consumo interno, niega la posibilidad de transitar hacia una soberanía alimentaria que se haga cargo de la crisis existente, favoreciendo únicamente al agronegocio de unos pocos.

Dicho todo lo anterior en relación al anuncio de Javier Milei, Argentina tendrá que resistir a estas políticas de ultraderecha y ecocidas, así como se hizo en su momento con Jair Bolsonaro en Brasil, lo que es una nueva desgracia para la región y para todo el planeta, que traerá para este año 2024 nuevos problemas para los pueblos y para la naturaleza.

 

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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