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Estudio FNE y universidades estatales Opinión

Estudio FNE y universidades estatales

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Eduardo Hebel
Por : Eduardo Hebel Médico, Rector Universidad de La Frontera.
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La decisión de la Fiscalía Nacional Económica de estudiar el sistema de educación superior en Chile es una buena noticia.


Efectivamente, hoy existen asimetrías importantes de corregir sobre todo considerando la naturaleza distinta que tienen universidades públicas y privadas. 

Un ejemplo concreto es la gratuidad, cuyos recursos se van casi en un 80% a planteles privados, lo que ha generado –en muchos casos– un incentivo para crecer sin tomar en cuenta la demanda país por los profesionales que realmente se necesitan, o bien creando carreras que no siempre tienen las mejores opciones laborales para los jóvenes chilenos.  

Así, los recursos que año a año el Estado entrega por concepto de gratuidad a las instituciones privadas, financian también la expansión de estos planteles –que no está sometida a ningún control fiscal– con recursos de todos los chilenos. 

Al otro lado, las universidades públicas, estamos sometidas a procedimientos rigurosísimos y menos flexibles, lo que está muy bien en varios casos, pero en otros, como en la contratación de servicios por mercado público, genera costos un 30% mayores que otras instituciones, además de no poder escoger muchas veces al mejor proveedor, lo que de cierta manera nos atrapa en un sistema que “paga” la transparencia. 

Además, como universidades con un marcado rol social, las universidades públicas y estatales seguimos potenciando todas aquellas carreras que son claves para Chile, aunque tengan baja matrícula y sean “poco rentables”. 

Es el caso de las pedagogías, las cuales en su mayoría son dictadas en las casas de estudios públicas. Un caso concreto: Pedagogía en Química. Son pocos los estudiantes que se matriculan en ella, pero su aporte al país es enorme. Por ello, nosotros, como universidad estatal, la impartimos. La universidad privada, en cambio, la cierra.

Otro ejemplo de “desigualdad” está en el uso de los recursos. Por ejemplo, nosotros no podemos “comprar” campos clínicos. Y los ejemplos suman y siguen. 

Para cerrar quiero señalar que hay muchas universidades privadas de gran calidad y que están contribuyendo con fuerza a Chile, pero es importante que se entienda que acá existen roles distintos que deben mirarse a la luz de corregir el sistema en beneficio de nuestro país. El escenario ideal sería que todos pudiéramos competir en igualdad de condiciones, que en este caso sería como “conducir por la misma carretera y con los mismos vehículos”.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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