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La explotación sexual comercial en niños es una forma grave de violencia Opinión

La explotación sexual comercial en niños es una forma grave de violencia

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Francisca González Concha
Por : Francisca González Concha Coordinadora Área Infancia Centro de Estudios Justicia y Sociedad, UC.
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Este tipo de delitos conllevan una serie de complejidades que hacen que su pesquisa, descripción, análisis, reparación y persecución penal sean muy difíciles.


La conmemoración del Día contra la Explotación Sexual Comercial de Niños, Niñas y Adolescentes (ESCNNA), el 18 de mayo, resalta la preocupación por los recientes datos entregados por la Defensoría de la Niñez. Más de dos mil NNA fueron explotados sexualmente entre 2022 y 2023 en Chile, con un alarmante aumento del 29% en la tasa de vulnerabilidad de niños, niñas y adolescentes bajo estas circunstancias. Además, el 86% de las víctimas son niñas y adolescentes mujeres, y el 64% tiene entre 14 y 17 años.

La ESCNNA abarca cualquier acto de naturaleza sexual realizado por un adulto contra un niño, niña o adolescente, que implica una “transacción” material o no material, vulnerando gravemente sus derechos. La explotación sexual comercial de NNA, donde son utilizados para la satisfacción sexual de adultos a cambio de remuneración en dinero o especies, constituye una forma grave de violencia y vulneración de derechos.

Aunque en los últimos años se ha avanzado en Chile con la tipificación del delito de explotación sexual y pornografía de menores de edad en el Código Penal (Ley 21.522), es esencial destacar que este avance cambia la denominación legal de prostitución infantil a explotación sexual comercial infantil, lo que hace más visible al responsable, al entender que los menores de edad están siendo vulnerados por un tercero.

Además, la ley reconoce la complejidad de estos fenómenos al incluir otros tipos de incentivos, como regalos o invitaciones, además de la transacción monetaria. Así como, también, incluir actos relacionados con la pornografía como parte de la explotación sexual, lo que es significativo, teniendo a la vista la masificación del uso de aparatos electrónicos e internet, lo que ha hecho más comunes este tipo de prácticas abusivas, utilizando las redes sociales.

Este tipo de delitos conllevan una serie de complejidades que hacen que su pesquisa, descripción, análisis, reparación y persecución penal sean muy difíciles. Los contextos de vulnerabilidad que en general rodean a las víctimas, en muchos casos acrecentados por un proceso migratorio precario, el asentamiento de una cultura patriarcal y lo que ha estado ocurriendo con el crimen organizado en el país, van disminuyendo las posibilidades de erradicar este tipo de delito.

En esta misma línea, la falta de cifras actualizadas y estudios que aborden este fenómeno invisibiliza esta cruda realidad. Las observaciones del Comité de Derechos del Niño en 2022 subrayan la necesidad de mejorar la recopilación y análisis de datos sobre la violencia contra los niños, incluida la explotación sexual, el abuso y la trata.

En este contexto, los desafíos para los organismos del Estado, las fuerzas policiales, el Ministerio Público, la Judicatura, los órganos de derechos humanos, los(as) expertos y las universidades son considerables. Es crucial contar con metodologías que permitan analizar y describir este tipo de fenómenos para disponer de herramientas más efectivas tanto en la persecución penal como en el apoyo a los procesos de reparación de las víctimas.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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