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Inmortalidad Opinión

Inmortalidad

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Juan Guillermo Tejeda
Por : Juan Guillermo Tejeda Escritor, artista visual y Premio Nacional "Sello de excelencia en Diseño" (2013).
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La inmortalidad o el alargamiento de la vida va a ser algo así como un trasplante, una mutación, una clonación y no tanto vida sana y ejercicio, y con eso la filosofía o la religión perderían mucho de su encanto.


Podrías meter tu memoria en un chip y el chip en otro ser, y eso es la inmortalidad, propone Carlos Briones, un científico español que colabora con la NASA, y algo así había imaginado yo vagamente desde niño, cuando nos torturaban los curas con eso del alma inmortal y el cuerpo perecible… migrar a otro cuerpo. Claro que habría que vencer el asquito que significa habitar un físico que no es el propio, o sea, aceptar unas uñas, unas rodillas, un metabolismo, un aliento y unos modos de estar con gripe que no son los propios.
Me impresionó una comedia norteamericana donde una hija universitaria y una mamá de media edad que se decían pesadeces todo el día despiertan la una en el cuerpo de la otra, la mamá embutida en el cuerpo de la hija tuvo que ir a la universidad, en tanto que la hija partió a una oficina, era muy incómodo. Parecida sensación, aunque más dark, había en la Invasión de los Ultracuerpos con Donald Sutherland, donde unos seres invisibles venidos de otro planeta invadían cuerpos de personas normales que dejaban de ser terrícolas y pasaban a ser ultracuerpos con designios malvados, querían dominar la Tierra tal como algunos terrícolas actuales quieren dominar la Tierra, pero ellos eran alienígenas.
O sea, yo ahora me copio en un chip y me implantan en un cuerpo nuevo… puede ser el cuerpo de un antílope o de una lechuga, eso sería aun más incómodo, a los antílopes se los comen los leones o los leopardos que llegan por detrás y les clavan los dientes en el cuello, y las lechugas o se marchitan o las convierten en ensalada. Si me trasplantan en un cuerpo de mujer, no sabría en realidad qué hacer, andaría muy perdido yo creo.
La inmortalidad o el alargamiento de la vida va a ser algo así como un trasplante, una mutación, una clonación y no tanto vida sana y ejercicio, y con eso la filosofía o la religión perderían mucho de su encanto. En lugar de estar angustiados por el no-ser, andaríamos buscando dónde trasplantarnos, y además qué hacer con el chip o el alma de ese antílope o ese terrícola al cual invadiríamos con nuestro disco duro transportable…
  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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