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Los claros y oscuros de las cuentas externas Opinión

Los claros y oscuros de las cuentas externas

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Sergio Arancibia
Por : Sergio Arancibia Doctor en Economía, Licenciado en Comunicación Social, profesor universitario
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Las estadísticas económicas que publica el Banco Central presentan algunos datos que son interesantes de conocer y de analizar.


Las cuentas externas del país –básicamente sus exportaciones e importaciones– dan cuenta de las formas o las modalidades que presenta nuestra inserción en los circuitos del comercio internacional contemporáneo, y de las pequeñas o grandes modificaciones que esa inserción va experimentando de período en período. Y en un mundo todavía altamente globalizado como el actual, las cantidades y los productos que vendemos o que compramos en el exterior permiten visualizar las posibilidades, alternativas o amenazas que se le abren a cada país.

Las estadísticas económicas que publica el Banco Central presentan algunos datos que son interesantes de conocer y de analizar. Las exportaciones totales de bienes del país (fob) fueron de 94.604 millones de dólares en el 2021; de 98.557 millones de dólares en el 2022 y de 94.557 millones de dólares en el 2023.  Siempre, en los tres años mencionados, por arriba de los 90 mil millones de dólares.

Durante la década anterior, entre el 2010 y el 2020, el máximo nivel alcanzado por las exportaciones totales de país fue de 81.857 millones de dólares en el año 2011, y el menor fue de 60.769 millones de dólares en el 2016. Prácticamente, las exportaciones fluctuaron entre los 60 mil millones de dólares y los 80 mil millones de dólares en esa década de los 10. En los tres años recientes, ya en la década de los 20, las cantidades exportadas han estado cómodamente por arriba de los 90 mil millones de dólares. Más aún, si se mantuviera durante el resto del presente año la cifra alcanzada durante el primer trimestre, que fue de 25.237 millones de dólares, se superarían durante el año los 100 mil millones dólares en exportaciones, lo cual sería una cifra bastante inédita, positiva y entusiasmante.

Los vaivenes del mercado pueden hacer que los valores se muevan, de un año a otro, hacia arriba o hacia abajo, pero las cifras mencionadas ya superan los meros cambios coyunturales y se presentan como tendencias sostenibles de mediano o de largo plazo.  

Sin embargo –como no todo puede ser igualmente bueno en la vida–, los datos sobre las importaciones son un poco más complejos. Las importaciones CIF totales de bienes en el país han venido disminuyendo en los últimos años. En el 2022 las importaciones totales de bienes fueron de 104.612 millones de dólares y bajaron a 85.309 millones de dólares en el 2023. Una caída cercana a los 19 mil millones de dólares, lo cual es mucha plata. De un déficit en la cuenta comercial –exportaciones menores a las importaciones–, se pasó a un superávit, con las exportaciones por arriba de las importaciones.

Influyeron en esa baja las importaciones de bienes de consumo, que bajaron de 28.487 millones de dólares en el 2022 a 21.987 millones de dólares en el 2023. Eso puede tener varias interpretaciones. Una hipótesis es que el consumo, como categoría macroeconómica, ha venido bajando en el país, y eso se refleja en el componente importado de dicho consumo, lo cual sería una noticia de carácter más bien negativa. La otra hipótesis es que ha tenido lugar una sustitución de bienes importados por bienes producidos internamente, lo cual sería muy positivo, sobre todo para las pequeñas y medianas empresas.

También es posible que, ante las oscilaciones en el precio del dólar, muchos empresarios hayan retrasado sus compras externas, reduciendo sus stocks acumulados. Lo más probable es que varias de estas hipótesis sean ciertas simultáneamente.   

En lo que respecta a los bienes intermedios –entre los cuales se incluyen los combustibles y otros insumos industriales–, sus importaciones han bajado desde 56.371 millones de dólares en el 2022, a 46.045 millones de dólares en el 2023. Es difícil no atribuir esta disminución a una menor demanda por parte de las empresas internas productoras de bienes, que son precisamente las que utilizan ese tipo de bien importado.

El último componente de las importaciones de bienes son las importaciones de bienes de capital –que están altamente relacionadas con la capacidad de crecer a mediano o a largo plazo–, las cuales cayeron desde 19.754 millones de dólares en el 2022 a 17.277 millones de dólares en el 2023. 

Por lo tanto, todos los componentes de las importaciones de bienes han disminuido sus valores en el último año, lo cual no está claro que sea reflejo de circunstancias positivas para el país. Las cuentas externas son parte importante de los llamados equilibrios macroeconómicos, que son necesarios de monitorear y de cuidar. En todo caso, los problemas que allí se presenten, así como muchos otros problemas de la economía, se pueden contrarrestar, por lo menos parcialmente, con políticas económicas adecuadas, tomadas en el momento oportuno.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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