Desde ese punto de vista, el Observatorio de los Bosques apunta a la raíz del problema, tratando de generar “simetrías” (fortaleciendo la gobernanza de los bosques por parte de organizaciones locales) en un espacio de discusión que muestra elevados, crecientes y preocupantes niveles de asimetría.
La participación e involucramiento activo de las personas y comunidades que viven en áreas rurales, en el diseño, implementación y monitoreo independiente de las políticas forestales, es clave para una gestión sostenible de los bosques. Esta aseveración es especialmente relevante en un país como Chile, donde el 70% de los bosques está en manos privadas, es decir, en predios rurales que pertenecen a miles de pequeños, medianos y grandes propietarios, quienes toman decisiones productivas todos los días que impactan en su estado de conservación.
Sin embargo, la participación de organizaciones locales en el diseño, implementación y monitoreo de políticas y programas forestales es mínima, siendo normalmente receptores pasivos de lo que se decide en ministerios, think tanks, partidos políticos y grandes ONGs internacionales. Esto genera problemas de sintonía entre la política pública y la realidad local (falta de pertinencia), ineficacia de programas y acciones gubernamentales, y profundas asimetrías de poder, las que usualmente están en la raíz de los procesos de deterioro que afectan a los ecosistemas en todo el mundo.
Construir una relación armónica entre las personas y los bosques, a través del manejo forestal sustentable, es clave, pues los bosques contribuyen a reducir la pobreza, proveer de alimentos sanos y nutritivos, aseguran un abastecimiento continuo de agua, así como también de energía asequible, generan comunidades más sostenibles y resilientes, y ayudan a mitigar el cambio climático y a facilitar procesos de adaptación, entre otros beneficios.
En ese contexto, el fortalecimiento de la gobernanza de los bosques por parte de organizaciones locales –comunidades campesinas e indígenas, organizaciones ambientales, grupos juveniles y juntas de vecinos, entre otras– es muy importante para abordar la crisis socioambiental que estamos enfrentando.
A partir de este diagnóstico, la Agrupación de Ingenieros Forestales por el Bosque Nativo junto con CIEM-Aconcagua y el Centro Internacional Cabo de Hornos (CHIC), con financiamiento de la Unión Europea, han creado el Observatorio de los Bosques y las Políticas Forestales (BosquEntrama). BosquEntrama tiene por finalidad crear una red independiente de detección, evaluación, reporte e incidencia de los bosques, compuesta por municipios y organizaciones locales.
Dada la enorme variabilidad biogeográfica y cultural de Chile, el Observatorio de los Bosques ha definido distintos énfasis temáticos:
El Observatorio de los Bosques retoma el camino iniciado por la Cooperación Alemana en Chile (GTZ-DED) entre 1992 y 2007, quienes estimularon la participación de las organizaciones locales en la gobernanza del territorio; acciones que desafortunadamente fueron abandonadas por el Estado.
Cuando se analizan las causas de fondo de esta enorme desconexión entre lo que ocurre en el territorio y las políticas públicas y sus programas, salta a la vista un tema central: la escasa participación de la gente que vive en y de los bosques en la discusión de las políticas sectoriales. Por alguna razón, Chile ha logrado desarrollar muy bien el componente económico asociado al uso de los bosques (industria forestal) y también el ambiental (nuevas y más grandes áreas protegidas, marinas y terrestres, y un nuevo Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas), pero se ha avanzado muy poco, e incluso se ha retrocedido, en el ámbito social.
Esta dicotomía entre producción y preservación no es nueva en Chile ni en el mundo, pero se ha exacerbado durante la última década, y representa una seria amenaza para el futuro de la humanidad, pues ni la producción ni la preservación se hacen a espaldas de las comunidades locales. La multifuncionalidad del territorio permite cumplir todos estos objetivos al mismo tiempo, incluyendo los sociales (educación, reducción de la pobreza, y bienestar humano). Sin embargo, para lograrlo es importante que todos los agentes tengan igualdad de oportunidades para participar e incidir en las discusiones de política pública, y sobre los proyectos e iniciativas que los afectan.
Desde ese punto de vista, el Observatorio de los Bosques apunta a la raíz del problema, tratando de generar “simetrías” (fortaleciendo la gobernanza de los bosques por parte de organizaciones locales) en un espacio de discusión que muestra elevados, crecientes y preocupantes niveles de asimetría y elitización en Chile.