Publicidad
Centros Cívicos por la Paz: infraestructura para la prevención Opinión Crédito foto: Centro cívico por la paz, https://www.larepublica.net/

Centros Cívicos por la Paz: infraestructura para la prevención

Publicidad
Pablo Carvacho y Catalina Droppelmann
Por : Pablo Carvacho y Catalina Droppelmann Pablo Carvacho, Director de Investigación y Desarrollo CJS-UC Catalina Droppelmann, Directora Ejecutiva CJS-UC
Ver Más

La crisis de seguridad en Chile no se resolverá con medidas aisladas o de corto plazo. Es necesario un enfoque integral y preventivo que ataque las raíces de la violencia.


Frente a la actual crisis de seguridad en Chile, las medidas anunciadas por el Gobierno se enfocan principalmente en soluciones a corto plazo, con un énfasis en el aumento de la dotación policial y la mejora de la respuesta inmediata a la violencia y los homicidios. Sin embargo, la violencia y los homicidios en Chile no pueden ser resueltos únicamente con un aumento de la dotación policial. Si bien la adición de 500 carabineros es una medida positiva, es fundamental que estos recursos sean distribuidos de manera estratégica e inteligente, basándose en diagnósticos y datos científicos que identifiquen las áreas más afectadas y las condiciones que generan violencia.

Algunas medidas que parecen ser altamente urgentes tienen que ver con el control de armas, a fin de endurecer su legislación, aumentando la trazabilidad y la fiscalización en la acreditación de requisitos y domicilio. También resulta clave iniciar una conversación global para la prohibición de las armas por parte de particulares como regla general, con excepciones especialmente estrictas.

Asimismo, es necesario asignar más recursos a los equipos de crimen organizado y homicidios (ECOH), sin añadir funciones –como el nuevo objetivo en los delincuentes prolíficos– que impidan su focalización e incrementar los recursos para el desarrollo de técnicas e inteligencia policial en investigación.

A pesar de lo dicho, la mejor evidencia demuestra que este enfoque, aunque necesario, no es suficiente para abordar las raíces profundas de la violencia.

La situación en Chile exige un cambio de paradigma hacia políticas preventivas que no solo contengan la violencia, sino que la prevengan desde su origen. En este contexto, los Centros Cívicos por la Paz implementados hace una década en Costa Rica se presentan como un ejemplo inspirador y un modelo a seguir.

Costa Rica ha implementado con éxito los Centros Cívicos por la Paz, infraestructuras públicas diseñadas para fomentar la cohesión social, la prevención de la violencia y el desarrollo comunitario. Estos centros ofrecen espacios seguros donde niños, jóvenes y adultos pueden participar en actividades culturales, educativas, deportivas y recreativas, alejándolos de los riesgos asociados con la violencia y el crimen organizado.

Los Centros Cívicos por la Paz no solo proporcionan un lugar físico de encuentro, sino que también pueden facilitar programas de reinserción social para jóvenes que han sido condenados por delitos relacionados con el crimen organizado. Además, sirven como espacio para el desarrollo de programas específicos para desvincular a niños y jóvenes reclutados por bandas organizadas, brindándoles oportunidades de desarrollo personal y profesional que los alejan del camino de la criminalidad.

Así, la instalación de una infraestructura para la prevención puede permitir el desarrollo de una cultura de la paz y políticas preventivas según los niveles de riesgo: prevención universal que asegure entornos seguros para toda la población; prevención secundaria para personas y comunidades con mayores factores de riesgo; y, prevención terciaria dirigida a jóvenes que ya han iniciado carreras criminales.

La crisis de seguridad en Chile no se resolverá con medidas aisladas o de corto plazo. Es necesario un enfoque integral y preventivo que ataque las raíces de la violencia. Los Centros Cívicos por la Paz de Costa Rica nos enseñan que es posible crear comunidades más seguras y cohesionadas a través de la inversión en infraestructura social y programas preventivos. Resulta urgente que Chile se encamine hacia este modelo y lo adapte a nuestra realidad para construir un futuro más seguro y pacífico para todos.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad

Tendencias