Opinión
De todos los países, hay uno que lo hizo particularmente mal, Argentina, que estaba muy bien encaminada a una desastrosa hiperinflación con una tasa anual sobre 113% en 2023. En un giro inesperado, el país eligió a Javier Milei, un economista liberal que tenía clarísimo el camino a seguir.
En mis primeras clases de macroeconomía, en 2010, me preguntaba: ¿para qué estudiamos tanto la inflación si es tan fácil evitarla? Este fenómeno monetario había sido un problema en las décadas de los 70 y 80, que se resolvió con cuatro medidas fundamentales: política monetaria restrictiva, reducción del gasto público, independencia de los bancos centrales y reformas liberales para desregular la economía.
La estanflación en los años 70, con alta inflación y bajo crecimiento, fue particularmente difícil de controlar. En EE.UU., bajo el mandato de Jimmy Carter y luego de Ronald Reagan, la Reserva Federal dirigida por Paul Volcker incrementó drásticamente las tasas de interés, alcanzando hasta el 20% en 1981, lo que redujo la inflación del 13.5% en 1980 al 3.2% en 1983. En el Reino Unido, Margaret Thatcher implementó políticas de austeridad y privatización de empresas estatales, lo que también ayudó a contener la inflación y revitalizar la economía.
A partir de la pandemia de 2020, muchos gobiernos olvidaron estas lecciones. Para mitigar la contracción económica causada por los confinamientos, se implementaron políticas monetarias expansivas y aumentó drásticamente el gasto público. Según el FMI, el estímulo fiscal mundial alcanzó los 14 billones de dólares solo en 2020. Aunque estas medidas iban en la dirección correcta, su magnitud exagerada disparó la inflación. En EE.UU., la inflación llegó al 9.1% en junio de 2022, su nivel más alto en 40 años.
De todos los países, hay uno que lo hizo particularmente mal, Argentina, que estaba muy bien encaminada a una desastrosa hiperinflación con una tasa anual sobre 113% en 2023. En un giro inesperado, el país eligió a Javier Milei, un economista liberal que tenía clarísimo el camino a seguir.
Una de las innovaciones más interesantes de Milei es el Ministerio de Desregularización y Transformación del Estado, diseñado para reducir la burocracia, eliminar regulaciones innecesarias y fomentar la eficiencia. Este enfoque recuerda las reformas de desregulación financiera y energética de Reagan y las privatizaciones de Thatcher.
Hoy, el mundo podría estar ante un nuevo ciclo de liberalismo, con liderazgos que entienden el problema de un Estado grande, burocrático y de regularización excesiva. En este contexto, medio en broma y medio en serio, el concepto de DOGE (Department of Government Efficiency) fue popularizado por Elon Musk, haciendo referencia al meme del perro Shiba Inu y la criptomoneda parodia Dogecoin.
Más allá del humor, Donald Trump ha considerado muy en serio la idea de contar con una comisión para la eficiencia estatal liderada por Musk, que si algo podemos reconocerle es su capacidad para recortar gastos y aumentar la productividad. Paradójicamente, y contra todo pronóstico, Argentina pareciera estar motivando y mostrando el camino a un nuevo ciclo liberal.
