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La menopausia: un hito del ciclo vital escasamente acompañado Opinión

La menopausia: un hito del ciclo vital escasamente acompañado

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Paula Forttes
Por : Paula Forttes Directora del Área de Envejecimiento y Cuidados de FLACSO Chile
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Discriminaciones edadista y de género, de las cuales son víctimas las mujeres.


Dicen que la menopausia es como la adolescencia, pero sin el entusiasmo. Y es cierto: los cambios hormonales llegan sin previo aviso, pero en vez de sueños y expectativas, te despiertas sudando a las tres de la mañana preguntándote si dejaste el gas abierto. Y lo peor de todo es que, cuando vas al médico esperando un poco de empatía, te encuentras con respuestas que parecen sacadas de un mal monólogo de comedia.

La menopausia es una etapa natural en la vida de las mujeres, pero a menudo se ve rodeada de estigmas y desinformación, lo que contribuye a la invisibilización de sus efectos y desafíos. En Chile, según un estudio de Ipsos, solo el 48% de la población se considera informada sobre la menopausia, y apenas el 55% se siente cómodo hablando del tema con amistades.

Este desconocimiento puede llevar a que muchas mujeres enfrenten la menopausia sin el apoyo necesario, afectando su bienestar físico y emocional. La falta de información y orientación adecuada puede resultar en que las mujeres no busquen o no reciban las terapias y el acompañamiento que requieren durante esta transición.

Uno de los aspectos más preocupantes en torno a la menopausia es la violencia ginecológica que muchas mujeres experimentan en los sistemas de salud. Una encuesta realizada entre diciembre de 2019 y mayo de 2020, que incluyó a 2.105 mujeres de todas las regiones de Chile, reveló que un 67% de las mujeres encuestadas señaló haber vivido violencia ginecológica.

Este tipo de violencia incluye la minimización de síntomas, diagnósticos tardíos o erróneos, falta de información sobre los tratamientos disponibles y una atención deshumanizada y paternalista. Muchas mujeres menopáusicas informan que sus quejas sobre sofocos, insomnio, cambios de humor o dolor articular son desestimadas como simples “cosas de la edad”, en lugar de recibir un enfoque integral para mejorar su calidad de vida.

Por ejemplo, Marcela, de 52 años, relató que, tras consultar a su médico por intensos sofocos, ansiedad y fatiga constante, este le respondió que “es algo que les pasa a todas, debe acostumbrarse”. Además, le aseguró que un beneficio a descubrir es que “no tendrá cambios hormonales, ahora pensará como un hombre”, y que “no es la primera mujer que pasa por esto”.

Este tipo de respuestas no solo refuerzan la desinformación, sino que también invisibilizan el sufrimiento real de las mujeres y perpetúan la negligencia médica en torno a la menopausia.

A nivel internacional, la menopausia también enfrenta tabúes y desinformación. Un artículo de El País, destaca que el fin de la menstruación sigue estando rodeado de estigmas sociales y desconocimiento, como si se tratara de una enfermedad oscura. En muchas culturas, la menopausia es vista como el fin de la utilidad reproductiva de la mujer, lo que la relega a un segundo plano en atención médica y social.

Es fundamental que se promueva una mayor educación y apertura en torno a la menopausia y la salud femenina en general. Esto incluye garantizar el acceso a información precisa, ofrecer orientación y terapias adecuadas, y fomentar un entorno de apoyo y respeto en el sistema de salud para todas las mujeres que atraviesan esta etapa de sus vidas.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.

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