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Exclusión en el sistema escolar: que Joaquín diga presente

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Por: Cristóbal Madero Sj


Señor Director:

Joaquín no llegó a clases hoy. Sus compañeros dicen que no ha asistido a clases ningún día desde el inicio del año escolar el 5 de marzo. La escuela se ha comunicado con su familia, pero no hay respuesta. Los registros indican que tampoco ha sido matriculado en otra. En un contexto de menor desventaja a la que sufre Joaquín con droga en cada esquina, y con las mayores tasas de violencia intrafamiliar, la comunidad escolar podría pensar otra cosa, pero en este caso es bastante claro: Joaquín no llegó a clases a esta escuela, y es probable que no llegué a ninguna escuela. Es probable que Joaquín ya se haya unido al grupo de casi 360.000 estudiantes entre los 6 y los 21 años que están fuera del sistema escolar, y que representan el tamaño de la ciudad de Antofagasta, quinta comuna más grande Chile.

Que Joaquín esté ahora fuera de la escuela es incorrecto, pues en estricto rigor, fue dejado fuera. Y no fue ni su falta de perseverancia, ni sus pocos méritos personales, ni menos aún su falta de inteligencia, lo que lo alejó, pues nada de eso es verdad. A Joaquín lo dejo fuera un sistema. Y no solo un sistema escolar basado en la estandarización de la evaluación de contenidos, con profesionales poco preparados para relacionarse con él, o con un curriculum poco adaptado a su realidad. Joaquín también quedó fuera por una sociedad que pone el centro de sus preocupaciones en desafíos probablemente buenos, pero que terminan excluyendo a Joaquín. Cosas como evitar el lucro en la educación escolar, promover la gratuidad universitaria, e incluso cuestionar la justicia de un sistema de admisión, podrían ser honestos modos de querer mejorar un sistema educacional, pero todas dejan fuera a Joaquín y a miles de jóvenes como él.

El sistema escolar, el mismo que le dio la espalda, debe asumir de manera más decidida la inclusión de estudiantes como Joaquín que aún siguen en la escuela, pero más urgentemente salir a buscar a todos esos estudiantes. El sistema escolar no solo le haría bien a Joaquín. Joaquín le haría muy bien al sistema, inyectándole humanidad al mismo tiempo que una mayor urgencia por focalizarnos en lo importante: la creación de un sistema inclusivo, que es donde reside la verdadera calidad. Es bueno para Chile que Joaquín diga nuevamente presente.

Cristóbal Madero Sj

Académico Facultad Educación

Universidad Alberto Hurtado

Fundación Súmate

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