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Merino Benítez hace 89 años

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Por: Sebastián Jans Pérez


Señor Director: 

El 21 de marzo de 1930 se inicia formalmente la Fuerza Aérea de Chile, al crearse la Subsecretaría de Aviación, dependiente del Ministerio del Interior, mediante el Decreto N° 1167, y nombrando Subsecretario de Aviación al Comandante Arturo Merino Benítez. El instrumento legal unía de esa forma los servicios de aviación militar y naval, con el propósito de crear una rama autónoma, denominada Fuerza Aérea Nacional.
En la ceremonia en que se establece su nombramiento, el Comandante Merino expresó: “Con la creación de la Subsecretaría del Aire se ha colocado a nuestro país en el plano más avanzado entre los que se jactan de poseer una organización aérea eficiente, Y es natural, ya que la configuración del territorio nacional así lo aconseja, territorio que más que ningún otro necesita recurrir a las vías del aire para resolver el problema de las comunicaciones, decisivo en el progreso de los pueblos, decisivo en el valor de la defensa”.

Avanzaba así, institucionalmente, el esfuerzo de Arturo Merino por desarrollar la Aviación, en sus variables militar y civil, que venía haciendo desde que fuera nombrado Director de la Escuela de Aviación del Ejército, el 17 de julio de 1926, en mérito a su interés y constante preocupación porque Chile asumiera el desafío de controlar sus espacios aéreos y poner la aviación al servicio de sus gentes.

La labor de Merino Benítez debiera ser materia de estudio en los colegios de manera especial.
Fue un incansable impulsor de toda la primera etapa del desarrollo de la aviación en las distintas variables de alcance estratégico para el país. Su nombre debiera adquirir toda su real significación, no solo en lo que significaría consolidar la soberanía de la república en su espacio aéreo, sino también en el desarrollo de los servicios de alcance civil.

Se preocupó de formar pilotos, de comprar equipos, de echar las bases de una fábrica de aviones, estableció servicios aeropostales, se creó una línea aérea nacional para transporte de personas, creó clubes aéreos, dio paso a la fotogrametría, etc. Fue, sin duda, un gran patriota, que no necesitó de hechos de guerra, para evidenciar una mirada profundamente nacional en su concepción estratégica del mando y en la gestión que desarrolló en las distintas tareas que le encomendó la república.

Al conmemorarse 89 años de la Fuerza Aérea de Chile, sin duda, la figura del Comodoro Arturo Merino Benítez es necesaria de recordar como una de las grandes figuras nacionales, por sus extraordinarias virtudes cívicas y militares.

Sebastián Jans Pérez

Gran Maestro de la Gran Logia de Chile

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