Señor Director:
El expresidente Ricardo Lagos es un referente respetado por todos los sectores, sin embargo, en sus declaraciones para Revista Capital se refiere a su preocupación por la “sensación de que estamos mal” y hace alusión, entre otras cosas, a hechos tan auspiciosos como la disminución de la pobreza. Aunque esto es cierto, la riqueza está bastante concentrada: el Boston Consulting Group (BCG), informó recientemente que 140 millonarios poseen casi el 20% de la riqueza del país. El informe “Desiguales” del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD, publicado en 2017 es revelador en este sentido.
Cuando la mitad de los chilenos sobrevive con un sueldo de $400.000, cuando el Banco Central ha dado a conocer que los chilenos estamos endeudados en un 73% de nuestros ingresos, cuando la protesta de los estudiantes del Instituto Nacional se convierte en un motín que la autoridad incomprensiblemente no puede controlar, al punto de que un carabinero recibe una golpiza al interior del establecimiento, cuando el crecimiento empieza a decrecer, cuando las mujeres mapuches en el centro de Temuco son impedidas de vender sus hortalizas, cuando 5000 personas llevan a cabo una huelga por el desempleo que produce la automatización y no se vislumbra que el Estado ni los privados estén ocupándose de ello, cuando los jubilados viven en la miseria, cuando una diputada pone en jaque al gobierno proponiendo una medida de reducción de horas laborales contra la opinión de todos los economistas, cuando el gobierno perdió un año para presentar sus reformas más insignes, cuando tenemos una oposición que no contribuye a generar avances…creo que es legítimo pensar que “estamos mal”.
Ricardo Lagos ha sido para mí el mejor presidente desde el retorno a la democracia, y es difícil contraargumentarle a alguien tan prominente, pero pareciera que en alguna parte sí hubiéramos perdido el rumbo.
Grace Agosin, periodista
