Señor director:
Una de las mayores consecuencias que tuvo la Pandemia en nuestro país fue el aumento de listas de espera para tratamientos oncológicos, como quimioterapia, radioterapia y, además, aumento de la suspensión de cientos de cirugías.
En Chile, según el MINSAL, existen alrededor de 14.400 prestaciones oncológicas retrasadas a junio de 2022, las que se relacionan con consultas médicas, odontológicas y quirúrgicas, con un atraso en los días de atención que fluctúan entre los 35,6 días para mieloma múltiple en personas mayores de 15 años y los 279 días para hiperplasia prostática.
Un escenario bastante desalentador, en España, ya existen datos con respecto al impacto sobre el diagnóstico y tratamiento de pacientes con cáncer, donde en la primera ola de Covid-19, hubo una disminución de un 21% de nuevos diagnósticos y un descenso en los tratamientos tanto de quimio y radioterapia de un 9,5% y 5% respectivamente.
Según la Liga Argentina de Lucha contra el cáncer (LALCEC), en Argentina desde el inicio de la pandemia, se han registrado un 80% de descenso en la cantidad de estudios realizados, lo que trae consigo una disminución de la detección precoz de la enfermedad.
Este escenario enfrenta a los profesionales a complejos desafíos. Por una parte, tratar de disminuir las brechas en atención, seguido de campañas de promoción y prevención. Aquí los profesionales de enfermería cumplen un rol fundamental, desde la atención primaria con énfasis en la búsqueda de factores de riesgo y así poder pesquisar anomalías que podrían traducirse en cáncer eventualmente; hasta el manejo en el nivel secundario y terciario, actuando como responsables en el manejo de sistemas de referencia y contrarreferencia de los pacientes.
Jorge Balladares Burgos
Director de Educación Continua
Facultad de Enfermería UNAB