Señor Director:
Antes de la pandemia, San Pedro de Atacama era un destino turístico atractivo, bien posicionado en los extranjeros en Sudamérica y el mundo, con excelentes retornos para proveedores y alta frecuencia de vuelos Santiago-Calama. Aunque es evidente la histórica falta de planificación en la zona, San Pedro mostraba relativa sana convivencia entre las comunidades locales atacameñas y algunas empresas mineras del sector. Los sitios turísticos estaban a full capacidad y los restaurantes funcionaban todos los días como si fuera sábado. Aunque San Pedro tenía muchos desafíos de distinta índole, era sin duda un destino en desarrollo y exitoso.
Con la pandemia, se vaciaron los aeropuertos y hoteles, con todo el impacto económico que conocemos. Pero al mismo tiempo, el precio del litio se triplicó y los dos operadores de extracción de litio en el Salar de Atacama siguieron generando empleo e inversión, lo que es una gran noticia para el país y la región. Lo complejo de esto, es que también se agudizó la inmigración ilegal y aumentaron las tomas. Hoy, los habitantes de San Pedro tienen rejas negras en sus casas, proliferaron los perros asilvestrados, aumentaron los robos de autos, el tráfico de droga y se respira un ambiente de inseguridad que no es compatible con el turismo. Como ejemplo, el Museo de Le Paige sigue lejos del centro y, desde hace más de 10 años, con la gran mayoría de las piezas para exhibición en bodega.
Hubo entonces un éxodo importante de habitantes, con lo cual hay enormes dificultades para las empresas de turismo pues no hay personas suficientes y la rotación es elevada. A esto hay que agregar que las comunidades están hoy pidiendo retirar fondos por ventas de litio, lo que pareciera ser justo pero, al mismo tiempo, nos lleva a la pregunta de quiénes estarán dispuestos a trabajar en turismo en una zona que no ofrece incentivos. ¿Quién quiere trabajar en este contexto? ¿Cómo volver a desarrollar esta zona turística en un escenario tan complejo?
Esta situación es altamente preocupante pues San Pedro es un destino importante para el turismo nacional. El desafío es lograr desarrollo sustentable, con las industrias del turismo, la minería y las comunidades conviviendo en armonía.
Hernán Passalacqua