Señor Director:
Si fuera cierta la lógica de quienes dicen que sin Allende no existiría Pinochet, entonces podríamos pensar que sin Batman no existiría el Guasón. También podríamos concluir que sin Pinochet no existiría el FPMR (y sin el FPMR, no habría ocurrido el asesinato al Senador Guzmán).
Si seguimos esa lógica argumental, podríamos concluir que sin las condiciones de segregación mediante las cuales se construyeron varias poblaciones de nuestro país, no existiría el tráfico de drogas. También podríamos concluir que, sin la industria forestal, no existiría violencia rural en la Araucanía.
Ahora bien, a diferencia de lo que ocurre con un cubo de hielo que al acercarse al fuego se va a derretir, las conductas humanas no operan con una lógica causa efecto inmutable, como si fueran ciencia exacta o una ecuación matemática. Las personas, desde su libre albedrío, deciden convertirse en un Pinochet frente a un Allende, o en un Aylwin frente a un Pinochet.
Es aquí donde está el meollo del asunto: O vivimos en el Chile de las justificaciones o nos ponemos de acuerdo para vivir en el Chile que, reconociendo mínimos que hagan posible la casa común, valore y defienda la importancia de nuestra democracia, de los derechos humanos y de la dignidad de las personas.
Son las personas las que deciden convertirse en uno u otro personaje histórico y no existe ciencia exacta que determine esa decisión.
Marcelo Santibáñez Prado
Profesor Derecho Constitucional, Universidad Alberto Hurtado.