Señor director:
En un mundo inundado por un diluvio de información, la incertidumbre se ha convertido en un factor omnipresente en la toma de decisiones. La avalancha de datos contradictorios o ambiguos, como así declaraciones sin fundamento técnico, a menudo deja a las personas lidiando con cómo descifrarlos y actuar en consecuencia.
Tomemos como ejemplo la inversión en criptomonedas. La fluctuación de su valor y las opiniones opuestas de los expertos generan una neblina de incertidumbre para los posibles inversores. Algunos pueden lanzarse motivados por la publicidad, mientras que otros se contienen debido al riesgo de pérdidas sustanciales. De manera similar, durante una pandemia, las recomendaciones de salud contradictorias y las directrices en evolución dejan a las personas en la incertidumbre sobre las medidas de seguridad. Algunos pueden optar por la prudencia, adhiriéndose estrictamente a las restricciones, mientras que otros eligen correr riesgos calculados en función de su interpretación de la información disponible.
La interacción entre la incertidumbre y la información contradictoria es un acto de equilibrio, que influye en las decisiones tanto en el ámbito personal como en el profesional, generando impactos éticos, valóricos e incluso legales. Encontrar el equilibrio adecuado mediante la evaluación crítica de los datos y considerando varias perspectivas es crucial para tomar decisiones e informar de forma adecuada a las audiencias, disminuyendo el ruido de la incertidumbre y sus impactos colaterales.
Saludos,
Dr. Mario Herane
Vicerrector de Asuntos Globales y Desarrollo
Vicerrectoría
Universidad Mayor