Señor Director:
Los últimos datos de asistencia escolar para el año 2023 debieran preocuparnos de sobremanera. La inasistencia grave (menor al 85%) se mantiene en niveles críticos, al punto que 200.000 alumnos perdieron más de la mitad de su año escolar, según datos de Fundación Educacional Programa Presente y Acción Educar.
Si bien el ausentismo escolar ha sido una tendencia del período post pandemia, no debiera ser un tema para tomar a la ligera. Además del rezago de aprendizajes, el principal riesgo que conlleva es exponer a nuestras niñas, niños y adolescentes a situaciones de pobreza y exclusión social en sus trayectorias de vida, como lo han demostrado diversos estudios. Por otro lado, el ausentismo puede impactar negativamente en la salud de estudiantes, incluyendo el bienestar físico y mental, afectando el desarrollo de habilidades sociales y emocionales.
Es de esperar que el Plan de Reactivación Educativa del gobierno, en cuyo foco se encuentra el abordaje del ausentismo escolar, dé frutos en el corto plazo. Estos esfuerzos deben ir aparejados de propuestas que han sido exitosas en otras latitudes, como la implementación de métodos de enseñanza adaptadas a diferentes estilos de aprendizajes, el involucramiento a las comunidades escolares, la adaptación del currículo a contextos sociales y brindar apoyos a estudiantes con necesidades específicas.
En resumidas cuentas, sin una visión de Estado, difícilmente podremos atacar este problema que nos hace reprobar como país cada año.
Francisco Gallegos
Vicedecano Facultad de Educación
Universidad Autónoma de Chile