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La profesora Marcela Cubillos

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Por: Ariel Meller R.


Señor director:

De acuerdo a lo publicado por el El Mostrador, la profesora de la Universidad San Sebastián, Marcela Cubillos, tenía un contrato de docente por el que le pagaban $17.000.000 brutos al mes.

Ella lo ha justificado señalando que la empresa privada es libre de pagar lo que quiera. Además, ha dicho que siempre obtuvo evaluaciones docentes por sobre el promedio; y que su sección tenía “lista de espera” pues muchos estudiantes deseaban tomar clases con ella. 

Llevo casi 20 años impartiendo docencia en diversas universidades del país. Tengo más de 10 años de estudios universitarios, en pregrado y postgrado, en la U. Chile, PUC y EE.UU. Me he relacionado con cientos de profesores, directores de carreras, investigadores y decanos. 

Y jamás en mi vida había escuchado de una remuneración tan elevada en establecimientos de educación superior. Decenas de académicos chilenos, con PhD de las más prestigiosas universidades de EE.UU., nunca han recibido ni siquiera un tercio de lo que ganaba Cubillos.

Incluso, los vicerrectores y rectores de universidades, probablemente ninguno reciba dicho sueldo. 

Es importante mencionar que los sueldos promedios que gana cualquier profesor universitario, por realizar un curso semestral, varían entre los $300 mil y $800 mil mensual.

Según he leído en los medios, ella dictaba un curso al año, pero como vivía en España, entonces se dividía las clases con otro profesor, el señor José Francisco Lagos.

O sea, la profesora Cubillos ganaba casi 35 veces más que cualquier profesor, efectuando las mismas funciones. Peor aún, si consideramos el sueldo real que paga la USS por un semestre en una asignatura cualquiera, los docentes de la USS reciben hasta 50 veces menos que la profesora Cubillos, llevando a cabo el 100% de sus cátedras, y no el 50% como Cubillos.

Es como si en el equipo Colo Colo, de repente llegase un jugador nuevo, con poca técnica y experiencia futbolística, y le pagaran más que la suma de los 11 jugadores titulares, y para más remate, ese jugador ni siquiera estaría en la banca de reservas, pues se encontraría viviendo en otro país.

Me pregunto, ¿cómo se sentirán los académicos actuales de la USS? ¿cómo será el ambiente laboral dentro de la USS? ¿qué pensarán los estudiantes y sus familias, que tienen que esforzarse para pagar el arancel de la USS? 

Como docente, la señora Cubillos, ¿habrá corregido pruebas y trabajos de sus estudiantes? ¿Cuánta interacción tuvo con sus alumnos? 

Por otra parte, sabemos que el 46% de los ingresos de la USS corresponden a recursos públicos. ¿De dónde obtiene financiamiento la USS para realizar tanta publicidad en los medios? ¿cómo ha sido posible que crezcan tan rápido en matrículas de alumnos, siendo que no están adscritos a gratuidad? ¿Cómo es posible que ofrezcan becas del 100% a los estudiantes? ¿Cómo obtenían el dinero para remunerar a la candidata?

Finalmente, la pregunta de fondo es: ¿por qué se contrató a la candidata? ¿y por qué se le pagaba una cantidad tan desorbitada?

La USS debe aclarar lo anterior y ser honesta con su respuesta.

Ariel Meller R.

Profesor universitario y consultor en educación.

Ingeniero Civil Industrial, Universidad de Chile.

 

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