Señor director:
Las tarifas eléctricas son un tema complejo, lleno de tecnicismos como monofásica, trifásica, BT1, BT2, BT3, BT4, BT4.1, BT4.2, BT4.3, demanda máxima de potencia o potencia en horas punta, entre otros.
Para una PYME, que no suele contar con especialistas en su nómina ni con herramientas para monitorear u optimizar la demanda eléctrica en tiempo real, entender estos términos y tomar decisiones informadas es un desafío significativo.
Cuando recurrí a mi distribuidor de energía, en este caso Frontel, para consultar cuál sería la tarifa más conveniente para mi empresa, la respuesta fue que esa información no podía proporcionarse y que debía acudir a un especialista externo. Esto representa un costo adicional, que muchas PYME no pueden asumir, y que no necesariamente garantiza que la recomendación sea efectiva.
Por ello, propongo que las distribuidoras de energía sean obligadas a incluir en sus facturas una comparación que indique cuánto menos habría pagado el cliente con otras opciones de tarifas disponibles. Esta información, actualizada mes a mes, sería muy útil para los usuarios, y no representaría un mayor costo para las distribuidoras ya que estas cuentan con todos los datos y herramientas necesarios para realizar ese análisis.
De esta manera, se equilibraría la relación entre el cliente y el proveedor, permitiendo a las PYME tomar decisiones informadas y pagar un precio justo por su consumo eléctrico. No está demás señalar que se acaba de publicar la ley N° 21.708, que modifica la Ley del Consumidor para obligar a las empresas de telecomunicaciones a informar a sus clientes sobre aquellos planes comerciales que sean objetivamente mejores para ellos. ¿Por qué no hacer lo mismo con las tarifas eléctricas?
Mario Norero Carkovic
Ingeniero Civil