Señor director:
Suele decirse que las elecciones no se ganan ni se pierden, sino que se explican. En el caso de los recientes comicios regionales y municipales, parece necesario que la oposición dé cuenta del criterio empleado para seleccionar candidaturas. Me refiero particularmente al caso de panelistas habituales del programa Sin Filtros que construyeron personajes sobre la base de dinámicas de polarización, virulencia verbal y menosprecio por sus adversarios. Afortunadamente, todas estas candidaturas fueron rechazadas contundentemente por la ciudadanía, pero, al haber competido con el respaldo de partidos, han sido legitimadas y, con ello, se ha validado un modo farandúlico-agresivo de hacer política que destruye el diálogo y que arriesga con erosionar la interacción social. En consecuencia, el país requiere una explicación desde los partidos de oposición: ¿Se asumirá el error de haber llevado a estos personajes a las urnas o, como aseguró Francisco Orrego en su discurso de derrota, “la guayabera (sic) llegó para quedarse”? ¿Quedó la política reducida a un concurso de popularidad o se retomarán la discusión de ideas y la construcción de proyectos políticos serios?
Saludos cordiales,
Álvaro Muñoz Ferrer
Profesor externo, Universidad Adolfo Ibáñez