Señor director:
Quienes hemos seguido de cerca la tramitación de una eventual reforma de pensiones, tuvimos claro que el último acuerdo entre gobierno y oposición para dejar en el congelador la misma por un período de casi tres meses, solo es una artimaña para ocultar el fracaso de ambas partes. Obviamente era previsible que la oposición buscaría cualquier pretexto para que no se llegue a materializar esta ni ninguna otra reforma. El sistema creado por el DL 3500 de 1981 es el último bastión a defender y todo argumento será usado.
Pero el gobierno también contribuyó al fracaso, al obstinarse en su negativa a tratar el aumento de la PGU de manera independiente. Y, por supuesto, ya no vale subirla a $250.000. Ésa promesa actualizada sería cercana a $280.000, sin considerar los reajustes que por ley se van produciendo.
Luis Alberto
Machuca Mardones