Señor Director:
No es sorpresa que la violencia ha sido uno de los grandes desafíos para las escuelas, liceos y colegios de nuestro país este 2024. Ante el alza sostenida de denuncias de maltrato entre estudiantes y la gravedad de las consecuencias que la violencia escolar tiene en la salud física, mental y en el aprendizaje, es fundamental que todas y todos actuemos para prevenirla y enfrentarla.
Sin embargo, en este “todas y todos” normalmente se excluye a las y los estudiantes. Se les ve como parte del problema pero no de la solución, cuando tienen un potencial enorme para hacer de sus cursos y colegios mejores espacios para convivir y aprender. La palabra de los estudiantes importa y la conversación entre pares es una herramienta muy poderosa.
Pero la entrega de esta responsabilidad debe ir acompañada de herramientas y, por sobre todo, de oportunidades de participación. La violencia no se enfrenta solo desde la reacción, sino también desde la participación. Participar permite fortalecer el sentido de pertenencia, colaborar, definir objetivos comunes, compartir responsabilidades, sentirse seguros, pensar en diferentes posibilidades de futuro y aprender a ser sociedad.
Esto podemos conseguirlo desde las prácticas cotidianas y desde cómo se piensan y construyen las políticas educativas.
Por eso hoy enviamos esta carta junto a Centros de Estudiantes de distintas regiones de Chile: porque el desafío es enorme, pero el potencial estudiantil también. Su palabra también importa.
Bernardita Peñafiel, Directora Ejecutiva Fundación Volando en V.
Centro de alumnos y alumnas Colegio San Francisco Javier (CASJ).
Centro de estudiantes CET Chile