Señor director:
El 6% de los sueldos que se propone aporten los empleadores, tiene un lado positivo para los trabajadores, y otro negativo. El positivo es que esos recursos servirán para mejorar sus pensiones, en tanto vayan a sus cuentas personales de ahorro para la pensión. La contraparte negativa es que ese mayor costo para los empleadores encarecerá el empleo formal y presionará a menores sueldos: a mayor costo laboral, menos disposición a contratar o a subir sueldos. ¡Una pena!, pero ¡qué sacamos con hacernos los tontos!
Por otra parte, se habla del 6% de los sueldos, sin mencionar que eso es subir las cotizaciones de 10% a 16%, o sea, ¡aumentar en 60% el ahorro para pensiones! Entonces, ¿no sería mejor para el trabajador aumentar su ahorro para pensión en 30% “no más” y aliviar la presión de la propuesta actual contra su salario y contra sus oportunidades de empleo formal? La principal razón de bajas pensiones han sido las lagunas de cotización. Entonces, la propuesta actual no está solucionando el verdadero problema, e incluso lo está agravando al frenar el empleo.
Al Estado, como empleador de casi un millón de personas, esta fórmula del 3% en vez del 6 le resultaría 50% más barata que la propuesta actual. Ese ahorro le liberaría recursos que alcanzan de más para subir las pensiones de las mujeres al nivel de los hombres (“bono tabla”), financiando así la contraparte negativa de su ¡positiva! mayor expectativa de vida respecto de los varones.
Un estudio del Instituto Libertad y Desarrollo, (que es quien propone el 3% de los sueldos en vez del 6, para no traumatizar la situación laboral del país), calcula que los ahorros del Estado, en su carácter de empleador, alcanzarían para nivelar las pensiones de las mujeres y, además, cubrir otras necesidades previsionales.
Queremos mejores pensiones para cuando viejos, pero también queremos mejores oportunidades de trabajo ahora. No nos pasemos de largo. Como decían en el campo, ¡No me ayude tanto Compadre!
Gerardo Jofré
