Señor director:
La reciente postergación de permisos de construcción en el campo dunar de Viña del Mar no es solo una
medida técnica, sino un síntoma de la inercia en la planificación urbana de la comuna. Si bien la
protección de ecosistemas sensibles es crucial, decisiones como esta reflejan una falta de coordinación
estratégica y visión a largo plazo que pueda integrar desarrollo sostenible y crecimiento económico.
La inexistencia de un plan regulador actualizado, cuya aprobación puede tardar casi una década, expone
un vacío normativo que genera incertidumbre entre inversionistas y ciudadanos. Este lapso se traduce en
proyectos detenidos, empleos postergados y una paralización económica que impacta directamente a la
comunidad local, especialmente a quienes sueñan con acceder a una vivienda propia. Sin certezas, las
inversiones flaquean y la ciudad se estanca.
Es urgente establecer un marco regulatorio dinámico y actualizado que contemple el equilibrio entre
protección ambiental y desarrollo urbano, acompañado de infraestructura moderna y servicios que
aseguren calidad de vida. Asimismo, la industria debe adoptar prácticas innovadoras y sostenibles,
utilizando tecnologías que minimicen el impacto en zonas sensibles sin frenar el crecimiento que la región
demanda.
Viña del Mar debe superar este dilema con liderazgo y compromiso. Solo una planificación coherente y
visionaria permitirá salir adelante, impulsando una ciudad que integre sostenibilidad, competitividad y
bienestar para todos sus habitantes.
Erwin Navarrete
Director Construcción Civil
Universidad Autónoma