Reforma previsional: libertad, sostenibilidad y solidaridad
Señor director:
El debate sobre la reforma de pensiones en Chile ha estado plagado de ideología más que de análisis crítico. Los políticos de diversas ideologías han preferido rodearse de asesores que validen sus ideas preconcebidas en lugar de evaluar las propuestas en sus méritos.
Muchos países con sistemas de reparto han migrado hacia esquemas de capitalización, buscando aliviar la carga fiscal y exponer a los trabajadores a la rentabilidad del capital. En Chile, las pensiones dependen principalmente de contribuciones individuales, sin la solidaridad intergeneracional de los sistemas de reparto. Aunque la PGU actúa como seguro básico, no compensa a la clase media, que en una crisis podría cubrirse con el ahorro colectivo. La teoría económica sugiere que una combinación de ahorro individual, que genera rentabilidades de capital a bajo costo, y ahorro colectivo, priorizando el primero en contextos de alta informalidad y envejecimiento poblacional, sería más eficiente.
Para que un seguro social funcione, todos deben contribuir y el beneficio debe distribuirse de forma justa. En un país con alta informalidad, baja productividad y un mercado laboral inflexible, no fomentar incentivos como un impuesto negativo al ingreso compromete el ahorro colectivo y replica errores que llevaron al colapso de sistemas de reparto en América Latina.
La libertad de elegir entre multifondos ha generado problemas en un país con baja educación financiera y débil sensibilidad frente a las comisiones. El uso de opciones por defecto, fondos de ciclo de vida y el ahorro estatal para trabajadores de menores ingresos son respuestas necesarias.
Chile tiene la oportunidad de mejorar su sistema previsional, pero el debate debe centrarse en un diseño racional que equilibre libertad económica, sostenibilidad fiscal y solidaridad.
Jorge Sabat
Instituto de Políticas Económicas FEN UNAB