¿Y si el sistema de salud decidiera escuchar?
Señor director:
Imagina entrar a una consulta médica donde no entiendes nada. Donde los papeles parecen escritos en otro idioma. Donde te hablan con tono infantil, como si no pudieras decidir sobre tu propio cuerpo. Imagina que esto no es una excepción, sino la norma. Y que te pasa una y otra vez, año tras año.
Esto es lo que viven muchas mujeres con discapacidad intelectual en Chile. No porque no quieran cuidarse, sino porque el sistema no está hecho para ellas. Porque la accesibilidad, en salud, sigue siendo una promesa vacía.
El lenguaje médico es un muro. Las consultas son rápidas, con poco espacio para preguntas. Hay profesionales excepcionalmente entrenados para diagnosticar, ¿pero tienen las herramientas para comunicarse de forma clara y empática? ¿Para tratar personas, no solo cuerpos? Si esa persona tiene una discapacidad intelectual, es probable que sea infantilizada, ignorada o apartada del proceso.
Hoy, menos del 30% de las mujeres con discapacidad intelectual accede regularmente a controles preventivos. Más del 65% necesita ir acompañada porque el sistema no garantiza condiciones mínimas de autonomía. No porque no puedan comprender, sino porque nadie se preocupa de explicar.
Estas barreras no son solo injustas: son mortales. Las mujeres con discapacidad intelectual pueden fallecer hasta 20 años antes que las mujeres sin discapacidad. No por condiciones inevitables, sino por falta de atención oportuna, diagnósticos tardíos, y un sistema que las excluye desde el lenguaje hasta el trato.
¿Hasta cuándo vamos a permitirlo? La salud no puede seguir siendo un privilegio para quienes “hablan claro” o “entienden rápido”. Debe ser un espacio seguro, comprensible y respetuoso para todas las personas. Nadie debería salir de una consulta médica con más dudas que certezas. Nadie debería sentirse pequeña, torpe o inútil por no entender un diagnóstico. Y nadie debería tener que pedir permiso para ser tratada con dignidad.
Izaskun Álvarez-Aguado, Instituto Milenio MICARE, Universidad de Las Américas
Vanessa Vega, Instituto Milenio MICARE, Pontificia Universidad Católica de Valparaíso
Miguel Roselló-Peñaloza, Instituto Milenio MICARE, Universidad de Las Américas
Félix González, Instituto Milenio MICARE, Pontificia Universidad Católica de Valparaíso