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Cambio Climático y Alto Maipo: Sed de respuestas Opinión

Cambio Climático y Alto Maipo: Sed de respuestas

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El desierto avanza aceleradamente en dirección a Santiago y muchos extrañamos las viejas 4 estaciones marcadas que tenía la Región Metropolitana. La ausencia de una conciencia colectiva sobre los efectos ambientales de los proyectos económicos y una fiscalización eficiente y real, a nivel mundial, tiene al mundo pensando las medidas pertinentes para enfrentar los efectos del Cambio Climático.

El Gobierno tiene la misión de mostrar al mundo las medidas ambientales de Chile en la próxima COP 25, medidas que se encuentran cuestionadas por los ambientalistas, por las graves inconsistencias al no asumir el desafío de aceptar el Acuerdo de Escazú y adoptar una política económica denominada “pro inversión o de certeza jurídica” que renuncia a la protección del Medio Ambiente.

En un país centralista, donde la mayoría de las políticas públicas avanzan por las presiones sociales y la afectación que sufren nuestras propias autoridades en su “imagen electoral”, el Cambio Climático y la Crisis Hídrica en la Región Metropolitana parecen conjugarse para configurar un triste escenario de la relación: Estado y empresas con medio ambiente.

Durante estos días, se ha tomado la agenda ciudadana la crisis hídrica de la Región Metropolitana. Como informaba El Mostrador hace unos días la: “Región atraviesa la mayor sequía del último siglo, la que ya se prolonga por más de una década […] los datos de pluviometría acumulados al 2019, podrían ser los más bajos desde que existen registros.”

Ante la crisis hídrica, y el contexto social de cuestionamiento a las empresas sanitarias, Aguas Andinas ha solicitado a la Dirección General de Aguas declarar zona de escasez hídrica en la Región Metropolitana; medida que es simplemente, a mi juicio, la movida inicial del juego de ajedrez o de “ponerse el parche antes de la herida”, por los eventuales cortes de agua que se deberán adoptar.

Asimismo, hace algunos días en otro medio de comunicación se hicieron públicos los estudios cuantitativos del Centro de Cambio Global UC que acreditan que la cuenca del Maipo -el principal afluente de la Región Metropolitana- sufre una modificación en su temperatura y una escasez en su capacidad hídrica.

Ante circunstancias alarmantes de sequía histórica, escasez hídrica, y la llegada del Cambio Climático a la zona central, cabe preguntarse ¿Qué ocurre con el agua de la Región Metropolitana?

Sigue en pie el proyecto “Alto Maipo” evaluado el año 2009, es decir, hace aproximadamente 10 años con variables ambientales muy diversas a la sequía que lleva 10 años en nuestra región y los efectos del Cambio Climático, que vemos día a día.

De manera sorprendente, en enero de 2019, pasó absolutamente desapercibido el gran triunfo ciudadano y de activistas ambientales que descubrieron y denunciaron la ausencia de control y tratamiento de aguas que afloran con el rompimiento de roca. Sí, el proyecto Alto Maipo, fue evaluado hace 10 años, con otras variables ambientales, y recién se encuentra en etapa de construcción.

En una resolución, tibia pero importante, el Segundo Tribunal Ambiental ordenó que el Servicio de Evaluación Ambiental evaluara una evolución diversa a las variables ambientales del proyecto, por los afloramientos de agua con el rompimiento de rocas, conforme al procedimiento del artículo 25 quinquies de la Ley N° 19.300.

¿Qué ha pasado hasta la fecha? Nada, el Servicio de Evaluación Ambiental se encuentra recopilando y recopilando antecedentes, como la descripción de la burocracia más anquilosada de Weber y Bordieu, sin dar respuesta a los efectos ambientales de este proyecto en las tuneleras y en los afloramientos de aguas. No obstante, hay que destacar que la ciudadanía no descansa, y ha presentado recursos de protección sobre estas materias y otras, con el objeto de terminar con estas prácticas.

Sin embargo, la razón invita que el proyecto Alto Maipo se paralice un momento y se fijen normas, condiciones y medidas al contexto “consentido y asumido por la comunidad”. Recapitulemos, si el Presidente de la República y Aguas Andinas han adquirido un “discurso oficial” que identifica una grave escasez hídrica en la Región, que la comunidad académica y técnica ha acreditado la existencia de una modificación sustantiva a la variable agua del Río Maipo por el Cambio Climático y que la Ley N° 19.300 entrega al Servicio de Evaluación Ambiental la competencia de revisar las autorizaciones ambientales (Resolución de Calificación Ambiental) por modificación de una o más variables evaluadas, y que el proyecto fijó sus normas hace más de una década: ¿no será, al menos lo razonable, ponderar la necesidad de fijar nuevos requisitos y condiciones a un proyecto que intervendrá en el agua de todos y todas las habitantes de la Región Metropolitana?

Alto Maipo y la Autoridad Ambiental deben ponerse rápidamente a trabajar, y adoptar medidas ciertas, efectivas y reales, con la nueva variable hídrica de la cuenca del Maipo por el Cambio Climático, no siendo capturados por un voluntarismo y romanticismo económico por un proyecto energético que nos deje sin agua, como ocurrió hace unos años en Egipto. El cuarenta por ciento de la población total de Chile está sedienta de respuestas y medidas de la autoridad.

 

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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