¿Cómo puede una operación de M&A contribuir a salvar empresas en crisis? En el escenario en que nos encontramos actualmente, tanto en Chile como a nivel mundial, es complejo dimensionar la magnitud de la crisis que estamos enfrentando. La situación de parálisis que ha causado la pandemia en la actividad empresarial en general, y en muchas empresas en particular, ha paralizado la actividad económica, provocando las caídas generalizadas en capitalizaciones bursátiles que ya hemos presenciado. A este hecho, se le unirán impactos que se empezarán a percibir de forma más acusada en el corto y mediano plazo, como el incremento del desempleo y, para muchas empresas, los procesos de refinanciamiento de sus pasivos y concursos de acreedores.
En el caso de Chile, el COVID-19 ha afectado a una economía que ya se encontraba debilitada por el efecto de la crisis social que aconteció en el país durante el último trimestre de 2019. Por otro lado, las autoridades afirman que durante el 2020 Chile sufrirá la peor recesión por la que haya pasado desde la crisis histórica de 1980, donde el sistema bancario nacional colapsó y el Estado se vio obligado a intervenir en gran parte de las instituciones financieras.
En este contexto, el debate se está centrando en cómo se producirá la recuperación post COVID-19. Inicialmente, los expertos parecían mostrar un consenso en que la recuperación de la pandemia tendría una forma de “V”. Sin embargo, este moderado optimismo parece estar atenuándose, y comienzan a cobrar fuerza los escenarios en los cuales esta tendencia se revertirá de forma más similar al logo de Nike o incluso de “W”. Sin duda, esto será crítico para aquellas empresas que no tengan sólidos recursos propios.
Precisamente, capitalizarse para sobrevivir es una de las principales alternativas que están explorando las empresas para solventar esta situación y garantizar la viabilidad de su negocio en el mediano y largo plazo. La crisis que están enfrentando nuestras empresas las está llevando a revaluar la resiliencia de su negocio, y producto de este proceso de introspección, surgirá la venta de activos non-core, los cuales, a su vez, permitirán el acceso una liquidez vital para enfrentar la caída en sus ingresos.
Adicionalmente, las firmas mundiales de capital riesgo (private equity) mantenían, al cierre de diciembre 2019, el monto récord de USD 2,5 trillones de capital esperando ser invertido (dry powder). Estas firmas tienen urgencia por realizar operaciones corporativas, puesto que, de no hacerlo, no podrán levantar nuevos fondos. Esto provocará que la crisis generada por el COVID-19 no frene las adquisiciones desarrolladas por estas. Con estos montos récord en capital riesgo, nos encontramos ante una oportunidad única para aquellos empresarios que exploren la posibilidad de incorporar un socio a su negocio.
Por otro lado, las enormes inyecciones de liquidez realizadas por los bancos centrales –que además han bajado las tasas de intereses llevándolas a mínimos históricos– han provocado un incremento en el capital disponible a nivel global, el cual se canalizará a la economía real en forma de adquisiciones y consolidaciones sectoriales.
En relación con las valorizaciones, sectores vinculados al mundo online, como es, por ejemplo, el comercio electrónico, estarán saliendo reforzados de esta crisis. Adicionalmente, se está percibiendo en el mercado interés por activos de energía, infraestructura y empresas healthtech (compañías que aúnan salud y tecnología). Asimismo, en los sectores más castigados, surgirán potenciales oportunidades de compras en distress.
Existen fundamentos para esperar una reactivación de la actividad de M&A conforme se reduzca el nivel actual de incertidumbre. De hecho, muchas empresas encontrarán, en la vía de capitalizarse a través de la incorporación de un socio, los recursos necesarios para asegurar su supervivencia en el contexto incierto en el que nos encontramos.