Opinión
Los factores geográfico y demográfico han jugado un rol de primera relevancia en esta pandemia a nivel mundial, lo que se demuestra en el cierre de fronteras y la información de estadísticas de contagios y propagación por países. Del mismo modo, mirar las realidades de cada región o comuna de nuestro país, ha sido un elemento fundamental, para poder evaluar políticas públicas y adoptar medidas que restringen la movilidad y el contacto físico, de manera diferenciada.
Desde el primer caso de contagio en el país, el virus se ha propagado con intensidades muy diferentes a lo largo del territorio nacional, y con este tipo de configuración de la pandemia, las medidas sanitarias y de prevención, como cordones sanitarios y cuarentenas obligatorias, se han ido adoptando por región y, sobre todo, por comunas.
Si bien el Ministerio de Salud (Minsal) difunde a diario las estadísticas nacionales, el monitoreo del desarrollo de la epidemia se realiza con mucha atención, por región y comunas. Las mesas sociales COVID a nivel regional, lideradas por intendentes, han sido un aporte valioso y una experiencia interesante. Asimismo, ha sido sorprendente para muchos el rol protagónico que los alcaldes han asumido en medio de la crisis, lo cual se ha podido visualizar en la popularidad que han alcanzado en las encuestas.
En efecto, los alcaldes se han destacado por su participación en los procesos de toma de decisiones, la coordinación en el control y cumplimiento de las medidas sanitarias, y la atención y conocimiento de la realidad local de su población. Ello ha permitido atender las necesidades más urgentes en los sectores más vulnerables o que se encuentran en situación de desigualdad. Es así como las autoridades regionales y comunales en muchas ciudades han contribuido a disminuir la propagación del virus, estableciendo prioridades o controles de apertura del comercio, el cierre de establecimientos educacionales, la disponibilidad de ferias libres y poner la voz de alerta en materias de disponibilidad de camas o residencias sanitarias en sus zonas de manera temprana. Con ello, hemos podido observar que los reportes diarios de las últimas semanas permiten destacar ciudades que pueden dar ejemplo, en cuanto a su buen nivel de organización, mostrando menos morbilidad y mortalidad del virus.
En esta atención especial y diferenciada, las Universidades Regionales igualmente han llevado a cabo un sinnúmero de acciones de manera eficaz, que aportan y atienden especialmente a las realidades de sus territorios y comunidades locales donde se emplazan. Desde cada una de sus regiones, han podido atender a las redes de salud, contribuyendo con laboratorios para análisis de muestras, la atención a sus comunidades universitarias en materias de salud mental y entregando becas de conectividad para poder dar continuidad a sus procesos de aprendizaje a través de formación a distancia, elaboración de insumos para profesionales de la salud pública, capacitación y apoyo a comunidades escolares, y cooperación con las autoridades locales, poniendo a disposición sus capacidades humanas y conocimiento en diversas disciplinas para apoyar la toma de decisiones informada, entre muchas otras.
En resumen, Chile ha experimentado y está viviendo una oportunidad de descentralización territorial y desconcentración del poder central que podemos calificarla de histórica, y como nunca pudiéramos haberla imaginado.
