Este 2020 sin duda dejará una huella imborrable en la historia del mundo. Los azotes que han recibido las vidas de millones de ciudadanos, las complicaciones económicas, el daño a las pymes, grandes empresas, y el desafío social que enfrentamos como planeta, han sido una tormenta perfecta. A nivel local, nos encontramos además en una encrucijada social que deberemos saber enfrentar. En paralelo a lo anterior, tendremos que trabajar en la reconstrucción de las dinámicas comerciales, en recomponer las confianzas del mercado, en optimizar recursos, y en levantar nuestra economía nacional de manera inclusiva y colaborativa.
La llamada transformación digital se ha acelerado y, tal como nos cuentan los expertos, la transformación cultural de las organizaciones marcan el inicio del proceso de cambio. En este sentido, creo que como país tenemos la oportunidad de pasar por nuestro propio proceso de evolución cultural, al menos en el ámbito productivo. Frente a esta realidad visualizo la obligatoria necesidad de digitalizar las pymes para mejorar nuestros niveles de rendimiento. Si acercamos estas herramientas digitales a las pymes, daremos un gran paso hacia la transformación de los negocios nacionales. Romperíamos una barrera psicológica y tecnológica que creo nos ha tenido en el rezago del crecimiento económico los últimos 10 años, bajo la llamada “trampa de los países de ingreso medio”.
Cada negocio tiene necesidades diferentes y específicas. Por ende, es necesario conocer herramientas digitales que permitan entender mejor las ventas, automatizar procesos de cobranza y recursos tecnológicos que los ayuden en la gestión logística, trabajar con sistemas de medición de experiencia de clientes, integrar diferentes medios de pago digitales, ver el potencial de tener su documentación en la nube, incluir la IA (inteligencia artificial) para la toma de decisiones estratégicas, ver la gran ventaja que genera trabajar y tomar decisiones por medio de los datos, la omnicanalidad, entre otros.
Si estamos hablando de impulsar la transformación de las empresas para estimular el surgimiento de un futuro con mayor productividad, es necesario que el ecosistema de emprendimiento, startups, empresas y pymes puedan capacitarse y potenciar su capital humano para aumentar su valor en el mercado.
La transformación digital, ya se ha dicho, no trata tanto del uso de tecnologías, sino más bien del cambio cultural de las organizaciones. Necesitamos repensar nuestra matriz productiva, nuestros procesos productivos, y nuestro capital humano para entender las nuevas preguntas que tendremos que responder durante los siguientes 30 años si queremos realmente cambiar el rumbo para tener un Chile más productivo, pero también más humano, donde todos y todas tengan la posibilidad de explorar y explotar al máximo su capacidad para su beneficio y el del resto de la sociedad.