La pandemia nos hizo avanzar, a pasos agigantados, en tecnologías para la comunicación con nuestros usuarios, clientes y estudiantes. Educación, Comercio y Servicios han debido modificar sus estrategias de contacto, a fin de lograr sus objetivos estratégicos. El informe generado por CEPAL en torno a “Las oportunidades de la digitalización en América Latina frente al COVID-19”, nos indica que el Estado del Ecosistema Digital de la región América Latina y el Caribe está posicionado en un nivel de desarrollo intermedio respecto a otras regiones del mundo en términos de desarrollo de su ecosistema digital. Con un índice de 49.925 (en una escala de 0 a 100), la región está en una posición más avanzada respecto a África (35.05) y Asia Pacífico (49.16).
El informe también plantea que, en términos de Velocidad de banda ancha fija, se presentó velocidad estable en Brasil y México con una gradual disminución por semana en marzo, marcada disminución de velocidad en Chile en el mes de marzo, disminución constante en Ecuador desde febrero hasta la última semana de marzo. En Latencia de banda ancha fija: gradual incremento (y por lo tanto erosión de calidad de servicio) en Brasil (11,7%), Chile (1,0%), Ecuador (11,8%) y México (7,4%). En cuanto a Velocidad de banda ancha móvil: estable en Brasil y México, disminución en Chile (notable) y Ecuador (gradual). y por último en Latencia de banda ancha móvil: estable en todos los países, aunque a nivel extremadamente alto.
Al leer el documento surge la interrogante sobre qué ha realizado el Estado chileno para abordar sus actividades y servicios en medio de la pandemia y cuáles serán sus herramientas a utilizar una vez controlada y camino a la “normalidad”. ¿Han estado actuando los servicios públicos y municipios con la misma rapidez y agilidad que los demás actores de la vida diaria?
Los directivos públicos y municipales deberían estar pensando en el Estado 4.0. Para esto la innovación pública al interior de los servicios y municipios deberá ser el hilo conductor que dé solución a las demandas de la ciudadanía. La propuesta en esta área, realizada por el laboratorio de Gobierno, será muy efectiva. Los cinco principios propuestos por este organismo facilitarán la transformación de los servicios.
En primer lugar, deberán poner foco en las personas y no en las cosas. Luego deberán motivar a los distintos actores para co-crear, co-diseñar y co-implementar innovaciones. En tercer lugar, deberá integrar múltiples perspectivas a través de un enfoque sistémico. En cuarto lugar, deberán aprender en la acción, será vital la experimentación. Por último, la experiencia, el pensamiento visual y la historia permitirá tener foco en la experimentación.
La innovación al interior de los servicios públicos y municipales y las lecciones que nos deje este periodo de pandemia, deberán ser el motor que nos permita transitar aún más adelante en la entrega de servicios de calidad a la ciudadanía y, como decía el filósofo José Ortega y Gasset: “La vida es una serie de colisiones con el futuro; no es la suma de lo que hemos sido, sino de lo que anhelamos ser”.