Alcaldes y alcaldesas de Chile, ustedes tuvieron la genial idea, y la capacidad organizativa con su Asociación Chilena de Municipalidades (AchM), de realizar el 15 diciembre 2019 una consulta sin precedentes a nivel nacional, que permitió desbloquear la situación política de Chile en un momento crucial de su historia, y preparar la realización del histórico plebiscito del 25 de octubre 2020. Hoy en día, nuevamente, ustedes siguen siendo la única institución de Chile que tiene la capacidad y legitimidad de organizar una nueva consulta nacional excepcional, que puede ser clave para permitir que Chile pueda elegir sus mejores ciudadanos para la Convención Constitucional.
Ustedes, alcaldes y alcaldesas , no tienen ninguna atribución legal sobre el proceso constituyente en curso, pero gozan de un gran prestigio en la sociedad chilena, independientemente de sus opiniones políticas, porque dirigen las instituciones del Estado más cercanas a la gente: las municipalidades. Tal como lo hicieron en 2019, sigue estando a su alcance hacer un llamado a Consulta popular, que a pesar de no tener ningún respaldo legal vinculante, podría influir de manera importante y transparente en los partidos políticos, que son una pieza clave en la confección de las listas de candidatos a la Convención Constitucional con miras a la elección del 11 de abril de 2021.
Sin embargo, los partidos carecen de la experiencia de un proceso similar, y les queda demasiado poco tiempo para realizar las múltiples consultas que serían necesarias para constituir listas de candidatos a constituyentes. Tampoco tendrán el tiempo necesario para conversar con los otros partidos cercanos políticamente para consensuar eventuales pactos e incorporar candidaturas independientes. Tampoco hay mucho tiempo para organizar primarias convencionales. Sin hablar del contexto actual de baja confianza de la ciudadanía en los partidos políticos. En todo caso, los partidos políticos participarían muy activamente en este proceso electoral: primero, antes de la Consulta, para entregar las listas de candidaturas para esta; segundo, en la campaña electoral de sus candidatos; y finalmente, para definir las listas oficiales que entregarán al Servel, antes del 11 de enero.
Alcaldes y alcaldesas de Chile, son los únicos, a pesar de sus divergencias políticas, que pueden ponerse de acuerdo para realizar en tan poco tiempo una consulta a nivel nacional que tenga un impacto claro y fuerte sobre la futura Constitución de Chile. Tienen la capacidad de organizar una consulta, que sería más eficiente que cualquier encuesta, y que podría reemplazar las primarias que muchos quieren imaginar. Esta Consulta se haría a nivel de cada distrito electoral, para definir cuáles son las ciudadanas y los ciudadanos mejor posicionados en la sociedad para escribir la nueva Constitución en conformidad con la voluntad expresada por el casi 80% de la sociedad chilena.
Alcaldes y alcaldesas, ustedes son pragmáticos y saben que Chile debe avanzar, como pueblo y como nación, y que debe superar sus divisiones sociales y políticas para consensuar el texto de una nueva Constitución. Ustedes, a pesar de sus opiniones políticas tan distintas, saben que el interés superior de Chile es dotarse de sus mejores ciudadanas y ciudadanos para imaginar, discutir y llegar a acuerdos para redactar la nueva Carta Fundamental. Tarea titánica la de lograr, en 9 o 12 meses, redactar la nueva Constitución con la cual debería sentirse conforme la inmensa mayoría de los chilenos (2/3 o, mejor, 3/4, ya que sería utópico esperar el 100%).
Los resultados de la Consulta de los alcaldes y alcaldesas tendrían una contundencia tal, a nivel local y nacional, así como en los planos ético y político, que ningún partido político podría ignorarla en el momento de seleccionar partidarios y amigos independientes e incorporarlos, en el mismo orden de preferencia, en las listas de candidatos. Y podría ser también un lindo signo premonitorio del espíritu de solidaridad nacional que necesitarán los constituyentes para llevar a cabo su tarea histórica.
¿Cómo organizar esta Consulta ciudadana? Parece relativamente simple. Lo más delicado es definir un calendario, necesariamente muy apretado, entre la fecha de hoy y la fecha legal de depósito de las candidaturas, el 11 de enero de 2021. Pero las tareas son bastante claras, y parecen factibles, aún si puede parecer a primera vista utópica una Consulta de este tipo, nunca vista en Chile. Pero parece responder a la situación excepcional que vive el país en este momento. Sus tareas, señores alcaldes y señoras alcaldesas, serían las siguientes:
1) Fijar las fechas de esta Consulta voluntaria a nivel nacional. Podría ser del 14 al 20 de diciembre 2020, para avisar con tiempo a la ciudadanía y explicar que cada elector podrá votar en su distrito electoral por un solo candidato o candidata, el o la que considere más adecuado(a) para integrar la Convención Constitucional. Definir la fecha límite de entrega de estos nombres de candidatos y candidatas, ojalá antes de fin de este mes de noviembre de 2020, para que puedan hacer una breve campaña electoral antes de la consulta.
2) Contratar una empresa experimentada en voto electrónico (E-voting les ha dado buenos resultados el año pasado). Conseguir eventualmente un financiamiento estatal excepcional para esta consulta de gran interés nacional.
3) Organizar una Junta de Alcaldes y Alcaldesas en cada distrito electoral. Será sencillo porque ya conocen muy bien a sus colegas vecinos, pues a menudo trabajan con ellos. Estas juntas serán las que definirán y entregarán, bajo su autoridad, la lista de nombres de la papeleta electrónica de la Consulta.
4) Informar que cada partido político legalmente reconocido podrá entregar libremente a cada Junta Distrital los nombres de sus candidatos y candidatas indicando el partido político o la calidad de independiente de cada uno(a). El número de candidaturas no debería ser un problema, porque las papeletas serán electrónicas y ordenadas alfabéticamente. Además, cada partido se preocupará de limitar los nombres de sus candidatos y candidatas para aumentar sus probabilidades de ganar votos.
5) Prever una modalidad para que los independientes puedan presentarse con el respaldo de un número de firmas a definir (me parece que el 0,1% del padrón electoral del Distrito sería suficiente en esta etapa, considerando el escaso tiempo para reunir firmas). Cada Junta Distrital de Alcaldes y Alcaldesas se encargará de verificar las firmas recolectadas, en formato libre, con el RUT del firmante para verificar su inscripción electoral en el Distrito y su teléfono para poder consultarlo en caso de duda.
6) Publicar el día después de la consulta, en forma electrónica, los resultados con el listado completo de los candidatos y candidatas de cada distrito y el número de votos obtenidos. Lógicamente, este listado de resultados será ordenado en forma decreciente del número de votos, de manera a entregar a la ciudadanía y a los partidos políticos un ranking de popularidad de las candidaturas en cada distrito.
7) Pedir a los partidos políticos y eventualmente a los independientes, inscribir en el Servel sus candidatos y candidatas en listas de partidos o de pactos políticos, en el orden de los resultados de la Consulta, respetando todas las definiciones legales, y en particular las condiciones de género. Los partidos políticos no tendrán ninguna obligación legal de cumplir con este pedido, pero deberán explicar a la ciudadanía sus razones en cada caso para no seguir el orden de la Consulta popular. La ciudadanía podrá expresar su conformidad o disconformidad con las decisiones de los partidos políticos en las distintas elecciones que se aproximan.
Gracias de antemano, alcaldesas y alcaldes. Chile recordará este nuevo gesto que favorecerá concretamente la llegada a la Convención Constitucional de personas apoyadas genuinamente por la ciudadanía y, por lo tanto, aportará a que la redacción de la nueva Constitución cuente con el mayor apoyo popular posible, lo que se traducirá en la mejor garantía a futuro de una paz social duradera y una mejor convivencia nacional en el país.