Los datos y algoritmos son el vapor, el petróleo y la electricidad de la cuarta revolución industrial, que puede reorganizar el mapa de poderío e influencia mundial. Los grandes players son Asia (China, Corea del Sur, India), Europa (Inglaterra, Alemania, Suecia, Rusia) y Estados Unidos en América. Latinoamérica y África están en el tercer mundo de la Inteligencia Artificial.
En la década de 1960, la carrera espacial fue el símbolo de la guerra fría en el campo de la hegemonía tecnológica a nivel mundial, entre Rusia y Estados Unidos.
Una competencia por ser la primera potencia mundial en dominar las tecnologías que podían permitir un viaje a la Luna, pero también por el control geopolítico global que esa supremacía científica conllevaba.
Entrando a la segunda década del siglo XXI es nítido que la nueva carrera tecnológica mundial es por el liderazgo de la inteligencia artificial aplicada a todos los campos: industriales, financieros, científicos, militares, políticos y sociales.
Los datos y algoritmos son el vapor, el petróleo y la electricidad de la cuarta revolución industrial, que puede reorganizar el mapa de poderío e influencia mundial. Los grandes players son Asia (China, Corea del Sur, India), Europa (Inglaterra, Alemania, Suecia, Rusia) y Estados Unidos en América. Latinoamérica y África están en el tercer mundo de la Inteligencia Artificial.
La inteligencia artificial tendrá un gran impacto en la economía mundial. La agencia PwC estima que el PIB mundial podría crecer US$15.700 trillones para el año 2030, por el impulso de esta tecnología.
A diferencia de otras revoluciones industriales, China lleva una ventaja no menor sobre Estados Unidos en los indicadores que miden internacionalmente la madurez del IA en los países.
El avance se mide por la existencia de marco legal, número de titulados STEM (Science, Technology, Engineering and Mathematics), cantidad de empresas innovando en Inteligencia Artificial, políticas de subsidio estatal, relación academia-empresa, Start Ups que se crean y liderazgo en patentes esenciales (SEP).
China lidera este factor de crecimiento de Inteligencia Artificial en el mundo, seguida de Estados Unidos y Europa, ventaja que está definiendo las estrategias políticas de las potencias.
Mientras en China el gobierno afirma que la IA es una materia de Estado y un “nuevo punto focal en la competición internacional”; el presidente ruso, Vladimir Putin, ha sostenido: “quien quiera que sea líder en esta esfera se convertirá en líder del mundo”.
La reacción de Estados Unidos fue declarar la IA “como una prioridad nacional crítica” y Trump enfatizó que: «no podemos quedarnos sin hacer nada mientras aumenta el ritmo de la innovación en inteligencia artificial en todo el mundo y suponer que nuestro liderazgo está garantizado. Debemos asegurarnos de que los avances en la inteligencia artificial sigan estando impulsados por el ingenio estadounidense, reflejen los valores estadounidenses y se apliquen en beneficio del pueblo estadounidense».
La IA transformará la eficiencia productiva de las industrias, del transporte, la agricultura. Ampliará el alcance y rapidez de la ciencia; mutará los mercados laborales y obligará a replantear la seguridad nacional modificando incluso la arquitectura militar.
También tendrá efectos no deseados. Como la automatización de deep fakes para influenciar la opinión pública y alterar voluntades electorales; el uso de big data en el control estatal de las libertades individuales; y potenciará los ataques informáticos y el cibercrimen.
En cualquier escenario, el uso masivo e intensivo de IA va a generar un nuevo contexto geopolítico, con una batalla encarnada por el control y uso de grandes volúmenes de datos. La combinación de IA, el machine learning y el big data tendrán efectos decisivos en el paradigma mundial.
[cita tipo=»destaque»]Google, Amazon, Facebook y Apple, son las corporaciones dominantes de la era digital. El 80% de las búsquedas se hacen por Google. Amazon controla el 40% de las compras en línea. Una tercera parte de la humanidad está en Facebook.Microsoft, Amazon y Google son, por su parte, las mayores compañías del mundo por valor en Bolsa. Por el lado chino está el conglomerado BAT (Baidu, Alibaba y Tencent)[/cita]
La carrera por la supremacía tecnológica está en marcha entre Estados Unidos, la Unión Europea y China. Al amparo de esta pugna han lanzado estrategias nacionales de IA: Japón (2015), Corea del Sur (2016), Canadá (2017) e India (2018). Y más recientemente el Reino Unido, Finlandia, Francia, Suecia y Alemania.
El objetivo de las potencias es controlar las cadenas de valor en los mercados globales, liderando las tecnologías que permitirán su operación. Desarrollar las tecnologías del futuro, pero también llevarlas a aplicaciones materiales.
En este campo emerge la disputa global por el liderazgo del 5G que será el pilar de la conectividad de datos en los próximos años.
La batalla del 5G
De acuerdo a los últimos datos de IPlytics, una empresa alemana de datos de patentes, las patentes esenciales estándar de 5G (SEP 5G) declaradas por Huawei llegaron a 3.147 patentes y representaron el 15,05 por ciento del total mundial, cifra que convierte a Huawei en líder dentro del sector de las comunicación 5G.
De acuerdo al informe financiero de Huawei, durante el año fiscal 2019 la compañía gastó 18.49 mil millones de dólares estadounidenses en investigación y desarrollo, valor que representó el 15,3 por ciento de sus ingresos totales.
Los datos también muestran que, incluyendo a Huawei y a ZTE, las empresas chinas tienen una participación del 34,02 por ciento dentro del total global de las SEP 5G, ocupando el primer lugar en cantidad.
En declaración de patentes esenciales estándar 5G, a Huawei le siguen Qualcomm, Nokia, Samsung, LG, ZTE, Ericsson, CATT, NTT DOCOMO e InterDigital, lo que refleja la influencia asiática en esta competencia tecnológica.
Este liderazgo asiático ha incentivado un proteccionismo tecnológico en USA y la UE. Mientras el gobierno de Trump impone barreras comerciales a las firmas de origen chino, la UE se defiende con regulaciones.
Alemania ha blindado el acceso a sus empresas tecnológicas al someter a autorización previa las compras superiores al 15 % del capital social a inversores externos a la Unión Europea; y el bloque ha sido implacable con gigantes como Google a quien impusieron una multa de 2.700 millones de dólares por sesgar su motor de búsqueda para favorecer sus propios servicios.
China mismo mantiene restricciones para la operación de Google en su territorio.
No obstante, estas medidas no han mermado el poder de las empresas norteamericanas en el mundo del software y aplicaciones.
Google, Amazon, Facebook y Apple, son las corporaciones dominantes de la era digital. El 80% de las búsquedas se hacen por Google. Amazon controla el 40% de las compras en línea. Una tercera parte de la humanidad está en Facebook.
Microsoft, Amazon y Google son, por su parte, las mayores compañías del mundo por valor en Bolsa. Por el lado chino está el conglomerado BAT (Baidu, Alibaba y Tencent).
Por cada tecnológica norteamericana existe una réplica en el mercado chino. Frente a Apple está Huawei; frente a Uber, Didi; frente a Amazon, Alibaba; y frente a Google, Baidu.
En este sentido, una Estrategia Nacional de Seguridad debe adaptarse a los cambios tecnológicos. El robo de información sensible o la interferencia en procesos electorales son acciones hostiles que afectan a los gobiernos y ciudadanos.
La Inteligencia Artificial es muy disruptiva, no solo en términos militares, sino también en cómo puede crear alteraciones mayores en la realidad social.