El proceso constituyente que se inició con el contundente triunfo del Apruebo en octubre pasado, abre un camino inédito de oportunidades para las regiones de Chile. En la historia de las constituciones chilenas, quizá solo podríamos destacar el caso de la Constitución de 1828 como una en que las provincias tuvieron injerencia en su origen y decisión. La regla general de nuestra historia es clara en recordarnos que Chile se decide y configura por personas que viven y estudian más o menos en las mismas comunas, colegios y universidades de la Región Metropolitana. Creo entonces que el desafío de las regiones en lo que viene es crucial: elegir convencionales con auténtico arraigo en sus territorios. En las siguientes líneas quisiera compartir algunas ideas sobre el Maule de cara a los necesarios diálogos y deliberaciones a que el proceso constituyente nos invita.
La Región del Maule, tierra donde crecí, estudié y trabajo, es una de las más postergadas del país. Se ubica en el penúltimo puesto en la escala de ingreso medio real, con $440.558, solo superando a la recientemente creada Región de Ñuble y por debajo del promedio nacional arrojado en la última Encuesta Suplementaria de Ingresos del INE (2018), equivalente a $573.964. Si consideramos las diferencias por género, en el Maule las mujeres no alcanzan la barrera de los $400.000 mientras que los hombres bordean los $480.000.
En el ámbito del microemprendimiento, como Región, ocupamos el 5° lugar a nivel nacional. Sin embargo, el 77% de las y los microemprendedores no tiene acceso a seguridad social, esto es, ahorro previsional para la vejez, cobertura frente a accidentes laborales y enfermedades profesionales, cotizaciones de salud, etc. Si lo analizamos por género, las mujeres emprendedoras sin acceso a seguridad social alcanzan un 82%, frente a un 73% de los hombres.
En materia de salud, el 87% de la población se encuentra afiliada a FONASA, frente a un 5,5% que pertenece a alguna ISAPRE (CASEN 2017). Sin embargo, no es difícil apreciar las dificultades que tenemos las y los habitantes del Maule para una atención de salud oportuna y de calidad. La situación es, por cierto, deficitaria en el sistema público, donde el Hospital Regional de Talca y su personal, así como en los demás hospitales públicos de la Región, hacen esfuerzos más allá de lo posible por cubrir las altas demandas. Pero lo es también en la red privada, con una escasa oferta de clínicas y de consultas de especialidades. Materia aparte es la situación de la Atención Primera de Salud, la que en una región con alta ruralidad como la nuestra debiera constituir la base del sistema público de salud.
En relación con el agua, podríamos detenernos en diferentes aspectos, pero quisiéramos resaltar una nota importante, destacada por la Fundación Chile hace unos meses acá mismo en la Región. Según un estudio de dicha entidad, solo un 17% de las causas relacionadas con la escasez del agua, en el Maule, tienen relación con el cambio climático, ante un 40% relativas a la gestión del recurso y aumento de la demanda. Nos parece que esto no puede restar importancia a la necesidad de tomar medidas urgentes en materia de cuidado del medioambiente, pero sin duda nos debe hacer ver la necesidad de una política pública radicalmente diferente en materia de recursos naturales. No es aceptable que un país con el grado de desarrollo que ostenta Chile y con el potencial hídrico que posee, mantenga a 1.431.162 personas pertenecientes a 478.308 hogares, que sin acceso a servicios básicos como agua potable o red del alcantarillado (CASEN 2017).
Podríamos seguir anotando temas en una interminable lista de necesidades y urgencias de nuestra Región, pero con estos antecedentes quisiéramos invitar a iniciar un proceso de reflexión, diálogo y proposición que nos permita identificar, a partir de aquello que las comunidades sientan como materias significativas, los contenidos estructurantes de una Propuesta Maulina para la Nueva Constitución. Todos los temas arriba expuestos tienen un enlace con materias constitucionales y, si bien, no todos serán resueltos a partir de una disposición constitucional, debemos aspirar a que la Nueva Constitución no sea un obstáculo para adoptar las decisiones que sean necesarias para avanzar en cada una de esas materias. En sencillo, que el chantaje la inconstitucionalidad o las reglas contra mayoritarias de los supra quórums no sigan impidiendo que las legítimas mayorías puedan decidir lo que es mejor para resolver con justicia los profundos anhelos de cambios que el Maule y Chile exigen. Es el tiempo de las regiones y su gente.