¿Por qué deberían ser los intereses chinos u holandeses los que inviertan en activos rentables a largo plazo (que es el horizonte de ahorros para la jubilación)? ¿Por qué los peajes regulares de las autopistas chilenas van como dividendos a una empresa española en lugar de quedarse en el país? El dinero chileno debe quedarse más en Chile.
El fondo de pensión holandés APG acaba de adquirir, en asociación con la empresa española Celeo Redes, la compañía chilena Colbún Transmisión S.A., un operador importante en redes eléctricas. Esta es una noticia que no puede dejar indiferente a quienes están interesados en el financiamiento de la jubilación de los chilenos, especialmente a Alejandra Cox, la nueva presidenta de las AFP.
Pregunta: ¿por qué los fondos de pensiones chilenos no hacen lo mismo? Aquí se presentan algunas respuestas de sentido común.
1- Las infraestructuras no están, en general y particularmente en Chile, cotizadas en bolsa, cuando el regulador requiere que las inversiones de los fondos sean en activos líquidos, cotizados y fáciles de evaluar. Luego, hay muy pocas inversiones en esta clase de activos.
2- Es desafortunado porque Chile tiene enormes necesidades de infraestructura: carreteras, ferrocarriles y cada vez más de producción y redes de agua y electricidad verde, un reto decisivo para el Chile de mañana. Esto explica que sea el capital extranjero el que invierta en este sector, a menudo en activos que son muy estratégicos para el país.
3- Con US$ 215 billones, los fondos de pensiones chilenos representan casi el 90 % del PIB. En consecuencia, tampoco hay suficientes activos financieros cotizados en el país para un tal tamaño (salvo los títulos de deuda pública). Desde luego, se ven obligados a invertir en el extranjero. En la actualidad, casi la mitad de los fondos (el 45 % del PIB) está invertida en el extranjero. Eso permite una mejor diversificación y amplía las oportunidades de activos rentables. Sin embargo, la inversión en el extranjero tiene dos defectos graves:
4- Aunque no cotizan en bolsa, las infraestructuras son una clase de activos muy interesante, lo que el fondo holandés APG ha comprendido plenamente. A menudo se encuentran en posición de monopolio local (incluso si la actividad está regulada) y proporcionan flujos de caja y dividendos regulares. Por ejemplo, la rentabilidad en dólares a cinco años del índice de infraestructuras S&P Global es del 7,07 % a la fecha.
5- Si esta clase de activos es interesante, ¿por qué sólo dejamos que inviertan en ella los extranjeros? El resultado es una absurda encrucijada: el ahorro chileno se va al extranjero con un motivo puramente financiero y el ahorro extranjero se invierte en Chile en objetivos estratégicos. ¿Por qué deberían ser los intereses chinos u holandeses los que inviertan en activos rentables a largo plazo (que es el horizonte de ahorros para la jubilación)? ¿Por qué los peajes regulares de las autopistas chilenas van como dividendos a una empresa española en lugar de quedarse en el país? Es bueno que Chile siga siendo, por vocación, un país muy abierto, pero hoy hemos probablemente pasado un límite razonable.
6- Un punto político: el sistema de pensiones gestionado por las AFP es impopular; tenga o no razón la ciudadanía, no es algo que se abordará en esta columna. Es sabido que los fondos de capitalización seguirán siendo el principal pilar del sistema de pensiones chileno, sean cuales sean las reformas futuras. Qué mejor manera de recuperar la popularidad que con estos tipos de eslogan: “¡Ahorra para tu jubilación, ahorra para Chile!” o “¡Ahorra para ti, pero también para el bienestar de tus hijos!” o “¡Cuando pagas el peaje de la autopista, aportas a tu jubilación!”
7- Escuchamos la objeción de que los objetivos de inversión son demasiado grandes para las capacidades de los fondos chilenos. Se observa que APG, el fondo holandés, es tres veces el tamaño acumulado de las AFP. Este fondo tiene los medios para invertir en infraestructura sin dejar de estar bien diversificado en otros activos. La objeción no es válida: en primer lugar, las AFP pueden actuar como consorcio entre sí o con operadores industriales. Además, se puede imaginar una concentración del sector para beneficiarse de las economías de escala, como escribí en otras columnas de El Mostrador, dado que las virtudes de la competencia son en gran medida ilusorias frente a las ventajas de un mayor tamaño.
En conclusión, existe la necesidad de cambiar el marco regulatorio. ¿Cuál sería el marco regulatorio de tal reforma? ¿Basta una simple extensión del código de inversión para los fondos o, más probablemente, se necesita algún tipo de intervención directa del Estado? Es un tema de deliberación democrática importante, porque las infraestructuras chilenas son un tema estratégico y el dinero chileno debe quedarse más en Chile.