Opinión
La realidad de la pandemia por COVID-19 nos ha mostrado la urgencia de buscar caminos alternativos de crecimiento y de construir una nueva relación con el medio ambiente en nuestras comunidades. Es por esto que, desde la UNESCO, trabajamos para que la Educación para el Desarrollo Sostenible (EDS) sea una realidad en todas las esferas de la enseñanza y el aprendizaje. Buscamos que todas las personas a lo largo de sus vidas adquieran los conocimientos, habilidades, valores y actitudes necesarias para contribuir a un mundo más inclusivo, justo, pacífico y sostenible, tal como ha quedado consagrado en el Objetivo de Desarrollo Sostenible de Educación de Calidad (ODS 4) de la Agenda 2030.
Nuestro planeta es frágil y está en peligro. Por demasiado tiempo dimos por sentado que la humanidad podía intervenir en la naturaleza sin consecuencias y hoy nos está pasando la cuenta. Incluso, como resultado de las medidas para enfrentar y minimizar los efectos de la pandemia, tenemos que pensar ahora en soluciones innovadoras que den un nuevo uso, por ejemplo, no solo a los miles de millones de mascarillas utilizadas, sino también a los guantes, desechos médicos y empaques de comida para llevar que están circulando. Su aumento ha sido tal que los sistemas de reciclaje han colapsado en algunos países. De acuerdo con cifras del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), si no se toman medidas urgentes, más del 70% de este plástico terminará tirado en océanos y vertederos, y hasta un 12% será quemado, causando contaminación y enfermedad en las zonas más vulnerables del planeta. Si no actuamos de manera radical, la humanidad se enfrentará a consecuencias catastróficas que afectarán para siempre nuestros modos de vida y los de las futuras generaciones.
Recientemente se realizó de manera virtual la Conferencia Mundial de la UNESCO sobre EDS (17-19 de mayo). En su mensaje de bienvenida, la directora general para Educación, Stefania Giannini, señaló que, para enfrentar el cambio climático, la pérdida masiva de biodiversidad, la desigualdad extrema y la amenaza de futuras pandemias, es fundamental una gran transformación individual y colectiva que nos permita transformar nuestro mundo.
Durante la conferencia, se lanzó el reporte de la encuesta global de la UNESCO “Aprender por el planeta” (2021), que concluyó que los temas relacionados al medio ambiente no están reflejados en las políticas educativas de la manera que se esperaría. Más de la mitad de las políticas y de los planes educativos examinados no mencionan el cambio climático y solo el 19% hace referencia a la biodiversidad entre otros temas claves.
A nivel regional, el Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación (LLECE), de la UNESCO, a través del Análisis curricular del Estudio Regional Comparativo y Explicativo (ERCE2019) analizó el grado de presencia de la EDS en los documentos curriculares de tercero y sexto grado en 19 países de Latinoamérica y el Caribe. El estudio identificó que, si bien en 14 países se encuentran con mayor presencia los temas relacionados con el medioambiente y la ecología, otros conceptos clave para la adopción de estilos de vida sostenibles -como cambio climático, contaminación, economía circular, hipótesis futuras o carbono neutral- tienen una muy baja presencia, demostrando la importancia de fortalecer la educación para el desarrollo sostenible en los países de la región.
Otro de los principales hitos de la Conferencia fue la adopción de la Declaración de Berlín sobre EDS por parte de los gobiernos y diferentes actores clave a nivel mundial, cuyo mensaje central es que, para lograr la gran transformación, es crucial avanzar en las políticas; transformar los entornos educativos; fortalecer la formación docente; promover el empoderamiento de las juventudes y el involucramiento de las comunidades.
Naciones Unidas conmemora cada 5 de junio el Día Mundial del Medio Ambiente, “para destacar que la protección y la salud del medio ambiente es una cuestión importante, que afecta al bienestar de los pueblos y al desarrollo económico en todo el mundo”. Hoy más que nunca es necesaria una educación transformativa que logre cambios profundos a largo plazo en la comprensión de los desafíos presentes y futuros, apuntando a desarrollar una población con una valoración profunda y arraigada del desafío climático, social, cultural y económico para conducir a una mayor acción y compromiso. El momento de aprender y de actuar en defensa de nuestro planeta es ahora.
