Desde la década de los 70, con especial enfoque a lo instruccional, se han estado desarrollando estrategias de enseñanza-aprendizaje que influyan en el aprendizaje escolar. Si bien hay estrategias tradicionales que apuntan hacia lo escrito u oral, existen otras que potencian el aprendizaje autorregulado, reflexivo y aplicado y, por tanto, con mayores posibilidades de que el estudiantado, indistintamente de su edad, pueda significar el aprender y construir su propio aprendizaje con la ayuda del profesorado.
La utilización de estrategias de enseñanza, insertas en procedimientos que buscan privilegiar la autonomía y la flexibilidad, favorecen de mejor manera los aprendizajes significativos. Dichas estrategias también pueden ser llamadas medios o recursos para fortalecer lo pedagógico. En esta línea, Moreira, Sánchez y Caballero en el 2008 señalaban que las situaciones de cada estudiante se vinculan con sus conocimientos previos, y es allí donde se produce una interacción que caracteriza el aprendizaje significativo, cuestión previamente planteada por Novak y Gowin años antes. En esta línea, Moreira refiere que el aprendizaje significativo es un proceso en que la información se relaciona con un aspecto relevante de la estructura cognitiva del individuo. Así, resulta inmediato preguntarse: ¿cómo apoyar a nuestras/os estudiantes a estrechar lazos que vinculen sus conocimientos, el contexto y sus propias investigaciones o estudios?
Varias décadas atrás, Novak planteaba que los mapas conceptuales influyen positivamente en la enseñanza y en el aprendizaje, lo que es fundamental para cualquier experiencia significativa. Esta elaboración de mapas conceptuales o simples esquemas, generan un nivel de abstracción y reflexión requerido para su confección que implica la activación de procesos complejos de pensamiento, lo que por sí mismo, es muy recomendado en todo proceso de investigación y estudio. De este modo, unir conceptos claves, resúmenes, imágenes, establecer redes semánticas, entre muchas más, son estrategias de aprendizaje y enseñanza que permiten la representación gráfica integrando herramientas que facilitan el aprendizaje significativo. Esta estrategia se puede usar en todas las edades y para todo tipo de conocimiento. Se potencian cuando se intercalan con ilustraciones, resúmenes, analogías, organizadores textuales, categorías, redes conceptuales, entre otras.
Ahora bien, para la enseñanza de las ciencias y específicamente del trabajo en laboratorios, la V de Gowin constituye una estrategia didáctica diseñada para ayudar a estudiantes de manera de capturar el significado de lo que se va a aprender, pues permite visualizar la interacción entre el desarrollo metodológico, conceptual y epistemológico del contenido a estudiar, tal como señala Ballester, al definirla como una técnica heurística y metacognitiva que ilustra y facilita el aprendizaje y la construcción del conocimiento. Adicionalmente, el mismo Gowin señalaba en la década de los 80 que el aprendizaje significativo tiene en cuenta la importancia del tránsito emocional en el proceso que conduce a su desarrollo, donde la enseñanza se consuma cuando el significado que las/os estudiantes captan, es precisamente el significado que las/os profesoras/es pretenden que capten; por ejemplo, conceptos propios de la física y su vinculación con lo cotidiano como lo son fuerza, aceleración, masa, etc.
En este diagrama en forma de V, las/os estudiantes disponen desde la pregunta de investigación, principales acontecimientos, los registros, transformaciones y afirmaciones que definen el dominio metodológico, hasta los principios, teorías e ideas fuerza que definen el dominio conceptual. Así, esta estrategia de enseñanza-aprendizaje conecta la teoría y las metodologías, lo que permite realizar el vínculo con lo práctico y por consiguiente, constituye una herramienta para presentaciones de trabajos científicos o reportes. En todos los casos, contribuye al fortalecimiento de las habilidades para el pensamiento científico.
Es posible hacer listados de centenas de estrategias y técnicas pedagógicas que están a voluntad y cooperación de quienes participamos de los encuentros educativos; no obstante, lo importante es que la elección de una estrategia de aprendizaje-enseñanza pueda relacionarse con las necesidades de aprendizaje, intereses y propósitos de aprendizaje de cada estudiante.