El trabajo de la Convención Constitucional ha acaparado mucha atención durante los últimos meses, debido a la relevancia que tiene el proceso para establecer una hoja de ruta del desarrollo político y social de nuestro país en los próximos años. Por lo mismo, se han realizado diversas mediciones sobre ese trabajo y su percepción por parte de la ciudadanía. Estos datos son relevantes porque nos dan una idea de la manera en que la ciudadanía ha evaluado el trabajo que la Convención ha realizado en sus primeros meses. Si bien esto no nos permite estimar el resultado del plebiscito de salida (que se realizará sobre el texto propuesto y en condiciones distintas a otras votaciones nacionales), sí podemos presumir que esta evaluación será un antecedente importante para buena parte de los votantes. En una columna previa, hicimos el ejercicio de analizar las mediciones sobre la confianza o aprobación de la Convención Constitucional en tres diferentes encuestas (Plaza Pública – CADEM, Pulso Ciudadano – Activa Research, y la encuesta Agenda Criteria), además de presentar datos de la segunda edición de nuestra encuesta de Espacio Público e Ipsos, “¿Cómo vemos el proceso constituyente? Miradas a un momento histórico”, realizada en agosto del año pasado.
Como parte de las conclusiones, afirmamos que las tres series de encuestas analizadas, además del estudio de Espacio Público e Ipsos, nos indican distintas realidades respecto a la aprobación o confianza que la ciudadanía ha tenido de la Convención Constitucional en estos seis meses. Mientras la encuesta Plaza Pública y la encuesta Pulso Ciudadano muestran vaivenes en la aprobación, la encuesta Agenda Criteria muestra una imagen donde la desaprobación de la Convención Constitucional ha superado a la aprobación de manera consistente. Sin embargo, al tomarlas en conjunto, todas las series muestran elementos comunes: una mayor aprobación o confianza al inicio del proceso (al igual que en el estudio de Ipsos y Espacio Público), seguido de una fuerte disminución en la confianza o aprobación en septiembre, para luego mostrar un repunte a partir de diciembre.
De igual manera, indicamos que la publicación de una nueva entrega del estudio “¿Cómo vemos el proceso constituyente? Miradas a un momento histórico” por parte de Espacio Público e Ipsos, nos entregaría más respuestas que indiquen los motivos de estas variaciones en la aprobación o confianza de la Convención Constitucional, además de proveer una actualización de estos datos.
Estos datos han sido publicados recientemente y, efectivamente, nos presentan varios indicadores y estadísticas que ayudan a explicar los niveles de confianza o aprobación descritos. En primer lugar, cabe destacar que el 60% de la población considera que la Convención Constitucional representa bien la diversidad de la sociedad chilena, y un 48% dice confiar o confiar mucho en la Convención, superando a todas las otras instituciones medidas: Congreso (15%), Partidos Políticos (8%), Carabineros (41%) y Municipalidades (38%). Estos datos son comparables a los observados en las otras encuestas analizadas en momentos similares. El estudio de Espacio Público e Ipsos, a diferencia de otras encuestas, no tuvo ediciones realizadas entre los meses de septiembre a diciembre, por lo cual no se observa la disminución de la confianza o aprobación que se observa en otros estudios, relacionadas con el caso Rojas Vade y otras polémicas. Sin embargo, se destaca que en los momentos medidos, la aprobación o confianza en la Convención se encuentra en niveles similares a los observados en otras mediciones, como Plaza Pública, Pulso Ciudadano y la Agenda Criteria.
En segundo lugar, se destaca que la esperanza es, para el 53% de la población, un sentimiento que las representa mucho en relación con el proceso constituyente. Le siguen la alegría (47%), la incertidumbre (36%) y la desconfianza (32%). Estos indicadores se mantienen sin mayores variaciones respecto de las mediciones de agosto y febrero del 2021, e indican una constancia en las emociones provocadas por el proceso constituyente.
En tercer lugar, el 52% de la población conoce a al menos un Convencional de su distrito, y el 48% a ninguno. Los más jóvenes declaran mayor nivel de conocimiento, mientras los grupos de menor nivel socioeconómico declaran conocer menos a sus convencionales.
En todos los ámbitos específicos del trabajo de los Convencionales, quienes conocen a más de uno de sus distritos la evaluación positiva es mayor a la negativa.
Estos datos y el resto de la encuesta permiten identificar algunos de los motivos que explican las emociones observadas. Se destaca, en particular, que las emociones predominantes hacia el proceso se mantienen estables, liderado por la esperanza y alegría, lo cual se correlaciona con los niveles de confianza observados en general. Sin embargo, le siguen la incertidumbre y la desconfianza, ambas muy representativas para cerca de un tercio de la población. Asimismo, el interés en el proceso constituyente, la percepción de que la Convención es representativa de la sociedad chilena y la confianza en esta institución son particularmente bajos en las personas que se identifican con la derecha.
Finalmente, se destaca el efecto de los medios consumidos por los encuestados sobre las emociones relativas al proceso constituyente. En efecto, al realizar un análisis de las emociones, se observa que los niveles de confianza son mayores entre quienes se informan principalmente por redes sociales y redes personales, mientras que los mayores niveles de desconfianza se dan entre quienes se informan mediante la prensa escrita. Esta misma relación se observa en otras emociones. Por ejemplo, el sentimiento de esperanza es mayor entre quienes se informan por redes sociales; el sentimiento de alegría es prevalente entre quienes se informan por portales de noticia de internet; el miedo y la desconfianza se destacan entre quienes se informan por diarios o revistas en papel; y, finalmente, la incertidumbre y desconfianza prevalece entre quienes se informan por la televisión.
Al considerar la reciente renovación de la mesa directiva de la Convención y el comienzo de la segunda etapa, más enfocada en la discusión propia de las normas de la nueva constitución, se abre un espacio para que la misma Convención se haga cargo de las dificultades existentes y pueda, mediante un trabajo colaborativo, despejar las emociones negativas o de incertidumbre y potenciar las emociones positivas de cara al fin de su trabajo y el plebiscito de salida.