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La Cancillería ausente: ¿hacia dónde vamos? Opinión

La Cancillería ausente: ¿hacia dónde vamos?

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Eduardo A. Santos Fuenzalida
Por : Eduardo A. Santos Fuenzalida Experto internacional en asuntos de comercio
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Más allá de la crisis sanitaria, sus efectos en la situación económica, y el desastre migratorio regional, sospecho que Rusia, Ucrania y China estarán en la agenda de Estados Unidos. Pero debemos resolver el desorden y la desprolijidad que mostramos en casa, para tener una participación digna y efectiva.


Ya lo he dicho en un par de ocasiones anteriores, me interesan los temas del comercio y no los “dejaré caer” fácilmente. Me disculpo por el “cateteo”. He intentado, en vano, ver si la Cancillería avanza en estos temas, pero creo que estamos estancados. Y, en mi opinión, existe una enorme confusión, hace falta liderazgo y hay –también– desprolijidad. Dada la gran importancia que tiene el comercio internacional para Chile, en términos de la “intensidad” de nuestra “integración unilateral” a la economía global, necesitamos propuestas claras, con urgencia. En pocos días tendremos la Cuenta Pública y luego viene la Cumbre de las Américas, donde no podemos “cantinflear”. Hasta ahora, hemos tenido solo vaguedades y volteretas. Así corremos el riesgo de que otros ministerios se “apoderen” de este tema, predominen los intereses de siempre, y el programa del candidato Gabriel Boric quede en nada. Desde fuera de nuestras fronteras, dudo que puedan estar mejor informados que nosotros y eso solo añade a la confusión. En esta columna trato de ilustrar esta situación y ofrecer algunas sugerencias.

Para empezar, a riesgo de ser considerado políticamente incorrecto, sugiero que la Cancillería se dedique a los temas más directamente vinculados a su función y opte por un perfil más bajo en otras áreas. No estoy objetando avanzar en los temas de género, inclusividad, derechos humanos, cultura, medio ambiente y cambio climático, entre otros del programa. Todo lo contrario. Ellos son válidos e importantes, pero mi sugerencia es que la canciller se enfoque en los temas centrales del ministerio y deje “los otros temas” a los ministerios sectoriales y a sus respectivos equipos internacionales. Los cancilleres más exitosos han hecho precisamente eso. Supongo que la “pega” de los(as) encargados(as) de prensa es tener a sus jefes(as) en la “primera plana”, pero en Minrel exageran: más de la mitad de los comunicados de prensa se refieren a “esos otros” temas. No puedo sino suponer que eso es una muestra gráfica de las actividades y prioridades actuales de la Cancillería.

Pero me parece más grave aún la falta de claridad en materia de propuestas e ideas concretas. A casi tres meses de la “instalación”, el portal web de la Cancillería continúa anunciando propuestas y objetivos de nuestras relaciones económicas internacionales y de política comercial, que parecerían ser las de la administración anterior. ¿Me equivoco? En varias secciones –por el texto incluido y las fechas a que se hace referencia– parece no haberse realizado la actualización del portal. En otras ocasiones, es difícil saber cuál es la situación. Si efectivamente se actualizó el portal, sería aún peor, pues lo que se incluyó no es lo que se nos prometió en el programa. Se está transmitiendo un mensaje equivocado y creando confusión. Tengo que suponer que estos portales son un elemento más de trasmisión del mensaje oficial y del pensamiento del Gobierno. Y esto ocurre a nivel de la Cancillería, Subrei y ProChile.

Me parece necesario destacar que todo esto es poco “prolijo”. En el portal de ProChile, por ejemplo, al momento de escribir esta columna (27 de mayo), todavía se presentan las Definiciones Estratégicas 2021 de la administración anterior, donde se relega –en gran medida– a los países de América Latina, aun cuando la Cancillería parece pensar diferente. Su portal indica que “… la prioridad de Chile en materia de política exterior se basa en el fortalecimiento de la relación con los países vecinos y la región. Es a partir de esta que Chile proyecta su identidad y enfrenta los temas de la agenda internacional…”, etc. Correcto, pero conversemos y coordinemos los Servicios. ¿De quién depende ProChile, para que ponga orden? Hubiera pensado que era la Subrei, pero no figura –o no lo encontré– en ninguno de los “organigramas” o listado de “Direcciones” de servicios del ministerio.

Además, el subsecretario ha estado activo en materia de reuniones internacionales y no puedo dejar de preguntarme cuál es el mensaje que se transmite fuera de Chile. Durante la primera semana de abril, acompañó al presidente en su visita de Estado a Argentina y, como sabemos, no fue muy productiva en materia de temas comerciales. Por ejemplo, entiendo que no se conversó acerca de Mercosur, que era parte del programa de Gabriel Boric (El Mostrador, 16 de abril). El subsecretario también participó en una reunión del Grupo de Alto Nivel de la Alianza del Pacífico en Colombia (a fines de abril) y, recientemente, en la Reunión de Ministros de Comercio de APEC, en Tailandia.

[cita tipo=»destaque»]En mi opinión, esto podría abrir algunas oportunidades a los países de la región, pero debemos enfrentarlas unidos. Así como estamos, no llegaremos a ninguna parte.[/cita]

En estas reuniones internacionales, siempre existe una agenda paralela de reuniones bilaterales, por lo que sugiero que el subsecretario nos cuente cuál es la “versión” de la política comercial que presentó en estos foros, pues parece haber más de una. ¿Propuso seguir con “más de lo mismo”, como parece sugerir la información que transmiten los portales de la Cancillería, Subrei y ProChile? ¿Se tocó la “consulta ciudadana” y la Convención? Esto es relevante, ya que en entrevista con Radio Universidad de Chile –antes de la Misión a APEC–, el subsecretario Ahumada reiteró que en lo relativo “… al TPP-11 hay que esperar a los resultados de la Convención, ya que esta establecerá los lineamientos básicos de la sociedad, la hoja de ruta de nuestra comunidad política y esto también implica lineamientos respecto de nuestro patrón de inserción” (Subrei, 22 de abril). Todos los países adheridos al TPP-11 son miembros de APEC y, presumiblemente, también participaron de la reunión en Tailandia y –con seguridad– estaban en conocimiento de lo dicho por el subsecretario Ahumada. ¿Se conversó con ellos? ¿Qué se dijo del “atraso” en la ratificación? Los comunicados de Minrel no lo aclaran.

Esto es “patear la pelota pa’elante”. La Convención Constitucional ya hizo su pega. En el capítulo titulado Del Estado Plurinacional y Libre Determinación de los Pueblos, el borrador consolidado de Normas aprobadas por el Pleno (# 90, Artículo 20) señala que “… Chile declara a América Latina y el Caribe como zona prioritaria en sus relaciones internacionales”. El artículo armó mucho revuelo al comienzo, pero la orientación que entrega la Convención es clara y ahora hay que “hacer la pega”. ¿O creen que no se aprueba?

Hay dos eventos importantes que se avecinan y necesitamos claridad acerca de los temas de comercio. Para la Cuenta Pública del 1 de junio, la Cancillería y la Subrei deben entregarle al Presidente Boric claros insumos en materia comercial que, en mi opinión, deberían incluir –al menos– una propuesta para la integración regional, sanciones comerciales a Rusia, y redefinir nuestra relación venidera con China. Esto, teniendo en mente los ajustes por los que está pasando la “globalización” –y nuestra inserción futura– tras la desarticulación de las redes productivas y logísticas globales. En parte, como resultado de la pandemia del COVID y la guerra en Ucrania, pero –sobre todo– a partir de nuevas prioridades que incorporan las empresas en respuesta al desarrollo e incorporación de nuevas tecnologías y, también, haciéndose parte de los compromisos emergentes en materia medioambiental, de género y laboral, entre otros.

Pero donde “vendrá pesada la mano” será en la Cumbre de las Américas, a realizarse en Los Ángeles, California (6 al 10 de junio), si EE.UU. logra resolver el tema de la participación de Cuba, Nicaragua y Venezuela que –hasta ahora– no forman parte de los invitados. Aparentemente, esto sería debido al tema de “derechos humanos”. De realizarse, más allá del Presidente y de un par de ministros, el subsecretario Ahumada probablemente sea parte de la delegación. Acá deberíamos tener absoluta claridad de dónde están nuestras prioridades y de qué lado del mapa queremos terminar. Es difícil anticipar qué ocurrirá con la posible participación de Cuba, Nicaragua y Venezuela, pero, si es por el tema de los derechos humanos, El Salvador también debería quedar fuera.

En todo caso, creo que el camino que decida seguir Estados Unidos, con esta invitación, será una buena indicación del grado de preocupación que pueda tener de la guerra en Europa, la alianza estratégica que se evidencia entre Rusia y China (y su cada vez más “potente” Ruta de la Seda), el nuevo orden global que de ahí se desprendería, y del papel que pueda jugar América Latina y el Caribe a nivel global. En mi opinión, esto podría abrir algunas oportunidades a los países de la región, pero debemos enfrentarlas unidos. Así como estamos, no llegaremos a ninguna parte.

Más allá de la crisis sanitaria, sus efectos en la situación económica, y el desastre migratorio regional, sospecho que Rusia, Ucrania y China estarán en la agenda de Estados Unidos. Pero debemos resolver el desorden y la desprolijidad que mostramos en casa, para tener una participación digna y efectiva. Lo veo difícil.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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