
50 años del golpe, un 8M con memoria
Fue Simone de Beauvoir quien nos dijo que basta una crisis social, política, económica o religiosa para que los derechos de las mujeres sean cuestionados, una afirmación que en cada crisis se vuelve a comprobar y la dictadura chilena cívico-militar no fue la excepción.
Este año 2023 se cumplen 50 años desde el golpe de Estado al Gobierno de Salvador Allende y para el 8 de marzo quiero recordar a todas las mujeres militantes que, frente a las fuerzas represoras de Pinochet, rompieron el mandato del cuidado e ingresaron a un mundo político aún más masculinizado que el actual; quiero recordar a las mujeres que tomaron las armas contra la dictadura y pusieron en riesgo su vida por la libertad de su patria; quiero recordar a las mujeres que salieron a la calle en busca de sus familiares detenidos y desaparecidos; recordar a las mujeres organizadas por los derechos humanos y la dignidad de la vida. Fueron estas mujeres revolucionarias quienes desde sus diferentes veredas pavimentaron el retorno a la democracia, viviendo todos los sacrificios imaginables y la gran mayoría siendo víctima de violencia política sexual, un fenómeno del patriarcado presente en todos los conflictos y utilizado sistemáticamente contra las mujeres subversivas como castigo por estar en un espacio que supuestamente no les corresponde, el espacio político y la disputa.
La violencia política sexual aún no ha sido reconocida ni conceptualizada como tal, invisibilizada bajo sus eufemismos como tortura sexual, violencia sexual o vejaciones, la problemática recae en que ninguno de estos conceptos describe el contexto detrás: la sanción por ser mujer y salir de tu rol sumiso para entrar a un lugar combatiente.
Es por esto que tomo el espacio de la huelga del 8M para enfatizar la urgencia de su distinción para hacer efectiva la verdad, justicia, reparación y la no repetición, las mujeres no nos detendremos de luchar por la vida que se nos debe y merecemos estar presentes en los espacios para realizar esa exigencia.
Para las mujeres movilizadas de la dictadura, este 8M la memoria se mantiene más presente que nunca.
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