Le deseamos a nuestro nuevo canciller mucho éxito en sus vitales funciones para el futuro de nuestro país. Sabemos que no parte de cero sino de un balance negativo que tiene que revertir a la brevedad para que nuestro Ministerio de Relaciones Exteriores y nuestro Servicio Exterior vuelvan a ser una marca seria y respetada en el entorno internacional.
El viernes 10 fuimos testigos de un cambio de gabinete en el estilo de este Gobierno. Que sí, que no, que cambio de horario, que siete sillas, que solo cinco, canciller de primera selección que no acepta el cargo. Finalmente fueron cinco ministros y quince subsecretarios. El fin de semana el minuto de los abrazos. De consuelo para los que fueron despedidos de sus cargos, y de buenos deseos y felicitación para los que asumen nuevas funciones. Todo un ritual. Estimo que es importante referirme a la labor que, después de los abrazos, les corresponderá a dos de los nuevos integrantes del gabinete, el ministro de Relaciones Exteriores y el subsecretario de Defensa.
El canciller Alberto Van Klaveren recibe un ministerio que, en un plazo inferior a un año, logró destruir buena parte de décadas de trabajo profesional, especializado y un sello en la forma de hacer política internacional. En menos de un año nuestra “marca” Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile se hundió y perdió gran parte de su valor. Error tras error, chapuza tras chapuza, desprolijidad tras desprolijidad, se fue perdiendo la confianza y el respeto, nacional e internacional. Falta de liderazgo, pugnas internas, gustitos personales, inexperiencia y simplemente ineptitud fueron la tónica del quehacer de la cartera. No en vano, en este cambio de gabinete el ministerio fue descabezado.
No obstante esta dura realidad, lamentamos profundamente la salida de la subsecretaria Ximena Fuentes, una profesional muy destacada. En su rol de directora de Fronteras y Límites tuvo una destacada participación en la defensa del interés nacional en múltiples áreas del variado espectro de nuestras relaciones vecinales, muy especialmente en la defensa de nuestros intereses soberanos en los mares australes y la Antártica Chilena. Era la que ponía la nota de seriedad, experiencia y conocimiento.
¿Qué viene después de los abrazos para el canciller Van Klaveren? En primer lugar, y al más breve plazo, organizar el equipo interno. Si la forma de trabajo del ministerio que nos representa en el exterior es lo que escuchamos en los audios filtrados, entonces falta sacar a muchas más personas. Lo mismo en la dirección de ceremonial y protocolo después de varios errores garrafales. Al más breve plazo, el ministro tiene que formar y afiatar un equipo que funcione, que ponga profesionalismo y seriedad y, sobre todo, con tolerancia cero a los errores, porque no hay piso ni capital político para más.
El segundo desafío inmediato es alinear las variables estratégicas y los objetivos de política exterior con la realidad del país. Nos guste o no nos guste, Chile vive de su comercio exterior con el Indo-Pacífico y no de su relación con Sudamérica. Podemos fomentar relaciones culturales, turismo, intercambios y una serie de iniciativas en nuestro vecindario, pero no hay que perder de vista que mucho más de la mitad de nuestra economía se mueve por mar y se vincula con nuestros socios comerciales de Asia y América del Norte. En esa misma línea, el realismo nos tiene que llevar a entender que nuestros aliados estratégicos pertenecen al mundo occidental liderado por EE.UU. Si la general Laura Richardson, comandante del Comando Sur, testifica ante el Congreso de su país que la creciente presencia e influencia de China en Sudamérica es considerada como una amenaza para los Estados Unidos, tenemos que estar muy alertas.
Nuestro canciller es reconocido en el mundo académico como un paladín del multilateralismo, americanismo y gran amigo de Argentina. Su tercer desafío es en el plano bilateral con dicho país. Los espacios que abrió la revelación de la grabación de Cancillería fueron inmediatamente ocupados por el presidente Fernández con su viaje a la Antártica, la inauguración de una nueva base militar en Tierra del Fuego y el proyecto de aumentar la capacidad portuaria argentina en la zona austral para capturar el creciente interés por la conectividad con la Antártica. A eso se suma la revelación sobre la negación de autorización de recalada de un buque británico a puertos chilenos, para hacerle un favor al embajador argentino en Chile. La defensa del interés de Chile es la primera y gran prioridad del Ministerio de Relaciones Exteriores. La diplomacia no existe para evitar el conflicto, sino para lograr y defender los intereses del país. Tenemos un desafío gigante con los múltiples y graves retos que sistemáticamente Argentina presenta a nuestra soberanía y continuidad territorial en la zona sur y austral, y ni hablar de la Antártica Chilena.
Las relaciones bilaterales con nuestros otros dos inestables vecinos tampoco son fáciles. Bolivia mantiene en forma inquebrantable su aspiración sobre territorio chileno. Además, es un actor clave en el control de la inmigración ilegal y control efectivo de las fronteras. Con Perú, el canciller, que fue parte del equipo que nos representó en La Haya por el diferendo en el límite marítimo, ahora tiene que velar por que el fallo se cumpla completo. Nosotros cumplimos con nuestra parte, pero Perú aún no reconoce sus límites de acuerdo con la CONVEMAR.
Le deseamos a nuestro nuevo canciller mucho éxito en sus vitales funciones para el futuro de nuestro país. Sabemos que no parte de cero sino de un balance negativo que tiene que revertir a la brevedad para que nuestro Ministerio de Relaciones Exteriores y nuestro Servicio Exterior vuelvan a ser una marca seria y respetada en el entorno internacional.
Un desafío muy distinto es el que asume el nuevo subsecretario de Defensa, don Víctor Jeame Barrueto. Reemplaza en ese puesto a don Gabriel Gaspar, uno de los hombres que más sabe de defensa en las filas de la izquierda chilena y un reconocido académico especializado en seguridad y defensa. El nuevo subsecretario es un avezado político, con mucha experiencia y sin duda eso le ayudará en sus nuevas y delicadas funciones. Además, representó en la Cámara de Diputados a Talcahuano, circunscripción electoral ligada indisolublemente con temas de Defensa Nacional.
El subsecretario Jeame Barrueto asume su puesto con las FF.AA. desplegadas, por distintas razones y en distintos lugares, en forma continua, por más de cuatro años. Estallido social, pandemia, control de restricciones de movimiento, confinamiento domiciliario, Macrozona Sur, apoyo a las policías en el norte, incendio de Valparaíso, megaincendios en el sur y ahora control de fronteras en el norte y protección de la infraestructura crítica. ¿En qué pie se encuentra el área de misión Defensa después de tantos años de despliegue “polivalente” pero lejos de la función principal?
El subsecretario de Defensa es responsable por la planificación primaria, lo que corresponde a la conducción política, no solo de las instituciones de la Defensa sino que, además, del desarrollo de las capacidades que las fuerzas asignadas al jefe del Estado Mayor Conjunto, en cumplimiento de la planificación, deben transformarse en capacidades operacionales que constituyen la base de nuestro efecto disuasivo para preservar la paz. Deberá generar, en conjunto con la ministra Fernández, una nueva etapa de coordinación y sinergia con el Ministerio de RREE y también con el Ministerio del Interior, en todos los roles y funciones que las Fuerzas Armadas cumplen hoy en día según lo que ha dispuesto el Presidente de la República. ¿Cómo vamos a enfrentar los desafíos de vetustez del material y retención del talento? Gran pregunta que requiere de atención prioritaria.
Felicitaciones a ambas autoridades por su designación. Les deseamos el mejor de los éxitos, por el bien del país. Ahora, después de los abrazos, se les precisa actuando con la premura que Chile necesita en dos áreas que son fundamentales para el futuro de nuestra Patria.
A doña Ximena Fuentes y don Gabriel Gaspar, salidas no entendidas y poco lógicas, muchas gracias y estoy seguro que seguirán sirviendo a Chile donde sea que estén sus nuevos destinos.