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Aeropuerto, coordinación y colaboración Opinión

Aeropuerto, coordinación y colaboración

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Los trágicos acontecimientos del pasado miércoles 8 muestran las falencias y los desafíos, y deben ser entendidos también como una oportunidad para optimizar instancias de coordinación que se puedan cristalizar en modelos de gobernanza específicos y pertinentes. En el caso particular del aeropuerto de Santiago, al existir organizaciones públicas y privadas con distintos intereses que requieren acoplarse entre sí para lograr sus propios objetos, hay una oportunidad para producir un tipo de gobernanza basada en la colaboración dinámica, además de los mecanismos de mercado y la gestión centralizada del Estado.


Hace sólo algunos meses, el 18 de noviembre de 2022, en la pista del Aeropuerto Jorge Chávez de Lima, un camión de bomberos fue impactado por un avión de Latam Perú, provocándose un grave accidente que se saldó con el lamentable fallecimiento de 2 bomberos, que pilotaban el camión impactado. Resulta muy difícil explicar cómo el camión de bomberos cruzó la pista justo en el momento en que el avión se aprestaba a despegar. Todo el incidente dejó en evidencia serios problemas tecnológicos y de coordinación entre los actores aeroportuarios limeños. No puede suceder algo así en un lugar como un Aeropuerto Internacional que sirve como puerta de entrada y salida para pasajeros y mercancías. Sin embargo, sabemos bien que es muy difícil y complejo lograr los altos niveles de coordinación necesarios para gestionar un dispositivo como el Aeropuerto, que actúa a la vez como infraestructura crítica y como ícono cultural de la globalización y la modernidad.

Gran parte de lo expuesto en el párrafo anterior, aunque claramente en otro horizonte de intencionalidad, se aplica al reciente incidente trágico que afectó hace un par de días al Aeropuerto Arturo Merino Benítez de Santiago. Como es de público conocimiento, el miércoles 8 de marzo, aproximadamente a las 08:10 am, un comando armado irrumpió a balazos en una operación de descarga de un avión de Delta Airlines (procedente de Miami), con el objetivo de apropiarse de una cargamento de 32 millones dólares destinados a instituciones financieras chilenas. El asalto del milenio finalmente fracasó gracias a la activa resistencia prestada por los agentes de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC). Los delincuentes huyeron en desbandada dejando a uno de los suyos muerto sobre la pista. Cumpliendo con su deber también resultó muerto Claudio Villar, uno de los funcionarios de la DGAC que repelieron el ataque. No es la primera vez que el Aeropuerto de Santiago experimenta espectaculares asaltos armados. Esta vez se logró frustrar la operación delincuencial, pero otras veces en el pasado no ha sido así.

Una vez pasada la primera impresión, surgen preguntas que permiten reflexionar y mejorar, aunque sean incómodas: ¿cómo 3 camionetas tripuladas por al menos 10 hombres armados pueden acceder a la pista donde se están descargando aviones? ¿resulta prudente transportar 32 millones dólares en billetes en un avión comercial de pasajeros?¿recibe el transporte de carga una atención de alto estándar en un aeropuerto como el de Santiago, pensado fundamentalmente para el transporte de pasajeros?

Más allá de las condiciones específicas asociadas a temas de seguridad, uno de los tantos focos de complejidad en los aeropuertos, para responder a las preguntas anteriores hay que poner el foco en la forma en que se relacionan las múltiples organizaciones que están interactuando 24/7 para que el aeropuerto de Santiago sea un espacio seguro, moderno, eficiente y eficaz en el transporte de pasajeros y de carga aérea. Muy bien lo explican los funcionarios de la DGAC, en el aeropuerto de Santiago hay distintas unidades asociadas a la seguridad con poder de fiscalización y supervisión. Todos ellas, para que emerja una alta condición de seguridad, deben estar finamente coordinadas entre sí.

Podemos decir que, junto con su misión central (el transporte aéreo), el principal desafío de un espacio o sistema inter-organizacional como el aeropuerto es optimizar la coordinación entre actores distintos y diferenciados. Para que todos los días salgan y entren gran cantidad de pasajeros e importantes volúmenes de carga, múltiples organizaciones privadas y públicas deben estar en condiciones de comunicarse de manera ágil y eficiente para que cada proceso transite de la mejor manera posible. Los trágicos acontecimientos del pasado miércoles 8 muestran las falencias y los desafíos, y deben ser entendidos también como una oportunidad para optimizar instancias de coordinación que se puedan cristalizar en modelos de gobernanza específicos y pertinentes. En el caso particular del aeropuerto de Santiago, al existir organizaciones públicas y privadas con distintos intereses que requieren acoplarse entre sí para lograr sus propios objetos, hay una oportunidad para producir un tipo de gobernanza basada en la colaboración dinámica, además de los mecanismos de mercado y la gestión centralizada del Estado.

La coordinación basada en la colaboración dinámica entre organizaciones puede ser una alternativa importante a los desafíos del aeropuerto de Santiago. Esta colaboración dinámica puede facilitar de la adopción y adaptación de soluciones específicas de base tecnológica (especialmente el desarrollo de las tecnologías de la información) que ayuden a optimizar la coordinación entre organizaciones. No cabe duda que hoy contamos con soluciones de base tecnológica que pueden hacer que todas la operaciones del aeropuerto sean trazables y transparentes en tiempo real, lo que incrementa la capacidad reflexiva, de anticipación y de adaptación de las operaciones aeroportuarias a procesos rutinarios y contingentes. La cristalización de una gobernanza colaborativa para un sistema inter-organizacional estará dada por la capacidad de las organizaciones para impulsar procesos colaborativos, la integración de las universidades y de empresas tecnológicas para acompañar este proceso, y en la creencia de los actores públicos que pueden acoplarse a estas soluciones colaborativas y sus expresiones tecnológicas. Entre todos es posible transformar el aeropuerto de Santiago en un lugar eficiente y seguro, en una de nuestras mejores tarjetas de presentación frente al mundo.

Antes de terminar esta columna quisiéramos valorar el hecho de que la coordinación por medio de la colaboración dinámica, a través de un régimen de gobernanza en un sistema inter-organizacional, tal como es el aeropuerto, puede emerger como un bien público. Es decir, cada organización podría beneficiarse de estos bienes y al mismo tiempo podrían fortalecerlos para que estén a disposición de todas. En el proyecto FONDEF ID19I10075* hemos realizado una experiencia piloto de este tipo y pensamos que los aprendizajes obtenidos resultan extrapolables para optimizar la coordinación en el aeropuerto de Santiago o en espacios con las mimas características.

*CVN-Logistic: Herramientas Inteligentes y de Negociación para la Generación de Port Community System (PCS).

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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