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Geopolítica de la inteligencia artificial (II) Opinión

Geopolítica de la inteligencia artificial (II)

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Marcos López Oneto
Por : Marcos López Oneto Abogado, doctor en Derecho. Miembro asociado al Center for AI and Digital Policy, Washington D.C.
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IAs tipo AlphaWar podrían llegar a producir un ventaja en las guerras del futuro, en función de realizar análisis estratégicos que permitan a los generales humanos tomar decisiones más rápidas y asertivas. Pero a medida que la IA se haga más inteligente y logre alcanzar nivel humano y capacidad de aprendizaje exponencial, podrá, eventualmente, dirigir operacionalmente el campo de batalla. Se proyecta, entonces, que en las guerras del futuro presenciaremos episodios de enfrentamientos estratégicos entre IAs, así como lucha entre armas autónomas de los Estados beligerantes. Un campo de batalla poblado principalmente de diversas clases de robots inteligentes, se avizora como un escenario posible para fines del siglo XXI.


La reciente visita del presidente Xi Jinping a Rusia, en momentos claves de la guerra de Ucrania, ha puesto de relieve nuevamente la famosa frase del presidente Putin: “Quien se convierta en el líder del campo de la Inteligencia Artificial (IA) se convertirá en el gobernante del mundo” (septiembre, 2017). Sin duda que el plan de Paz de China, consistente en 12 puntos, fue un tema de la agenda, pero los asuntos de cooperación tecnológica no pueden haber sido menos importantes, dentro de lo que los dos líderes llaman “alianza estratégica integral”, en el contexto del acuerdo “sin límites” firmado por ellos mismos el 4 de febrero de 2022.

El uso de la IA en el campo militar, básicamente, se está orientando al desarrollo de armas autónomas letales, estrategia, inteligencia y sistemas logísticos (entre muchos otros campos). Según recientes publicaciones, científicos chinos del Beijing Institute of Automation, Chinese Academy of Sciences, habrían desarrollado el juego de guerra AlphaWar que, incluso, habría sido capaz de pasar el test de Turing.

Los juegos de guerra son ejercicios que simulan distintas situaciones de un conflicto militar y que sirven tanto como entrenamiento como para elaborar estrategias o predecir los posibles resultados. Los científicos chinos bautizaron AlphaWar AI como una respuesta desafío a AlphaGo de Google DeepMind, que fue la primera IA en vencer a los mejores jugadores de Go, una especie de ajedrez posicional chino, aparentemente mucho más complejo que el tradicional ajedrez.

IAs tipo AlphaWar podrían llegar a producir un ventaja en las guerras del futuro, en función de realizar análisis estratégicos que permitan a los generales humanos tomar decisiones más rápidas y asertivas. Pero a medida que la IA se haga más inteligente y logre alcanzar nivel humano y capacidad de aprendizaje exponencial, podrá, eventualmente, dirigir operacionalmente el campo de batalla. Se proyecta, entonces, que en las guerras del futuro  presenciaremos episodios de enfrentamientos estratégicos entre IAs, así como lucha entre armas autónomas de los Estados beligerantes. Un campo de batalla poblado principalmente de diversas clases de robots inteligentes se avizora como un escenario posible para fines del siglo XXI.

En este orden de cosas no se debe perder de vista que las primeras leyes, regulaciones, incentivos y proyectos federales de IA en Estados Unidos de Norteamérica, hayan comenzado en el campo de la defensa. En efecto, lo que la John S. McCain National Defense Authorization Act for Fiscal Year 2019 ha realizado, es precisamente preparar a la potencia del norte para ese mundo en gestación.

Como sabemos, los Estados no tienen amigos, solo se relacionan entre ellos por intereses. Y las alianzas tácticas o estratégicas entre ellos duran lo mismo que esos intereses comunes. Y si es verdad que la guerra de Ucrania ha unido a Europa y a la OTAN (que estaba con “muerte cerebral”, según el presidente Macron), también es un hecho evidente que ha consolidado la alianza entre China y Rusia.

Todo lo anterior cobra mucha relevancia en el contexto, además, de la alianza militar AUKUS (USA, Gran Bretaña y Australia), cuyo objetivo es neutralizar la influencia China en Asia-Indo-Pacífico. Esta alianza incluye la venta de USA a Australia de, al menos, 3 submarinos nucleares de  la clase Virginia. Se trata de un caso muy singular de transferencia tecnológica estratégica.

Por todo lo dicho, no debería llamar la atención, entonces, que el primer proyecto regional de Ley de IA que se está elaborando en el mundo, el proyecto de la Unión Europea, expresamente excluya la regulación de la Inteligencia Artificial para fines militares.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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