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La dimensión política de Carlos Dittborn Opinión

La dimensión política de Carlos Dittborn

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Enrique Corvetto Castro
Por : Enrique Corvetto Castro Profesor de Estado y periodista. Autor de “Gobernar es Educar” y de “1962: Los secretos del mundial imposible”.
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Su faceta política es la que más se desconoce. Dittborn fue un activo militante de la Democracia Cristiana. Era habitual verlo en cenas de camaradería junto a históricos camaradas de la DC, como Bernardo Leighton, Patricio Aylwin, Alejandro Hales, Tomás Pablo y Jorge Lavanderos. Eran los años en que los militantes de la DC, y en especial sus principales dirigentes, se reunían en el café Astoria o el Santos. Ambos ubicados en el centro de Santiago.


Carlos Dittborn Pinto fue uno de los dirigentes deportivos más importantes que ha tenido Chile. Pongo en relieve a este personaje, pues este 16 de abril se cumplieron 102 años de su nacimiento. Y precisamente un 28 de este mismo mes, pero de 1962, falleció de manera repentina. Estos hitos se convierten en la excusa propicia para escarbar por los recovecos menos conocidos de su vida.

Dittborn nació en Río de Janeiro, mientras su padre trabajaba en labores diplomáticas. Llegó a Chile cuando aún era un niño, y se integró al colegio Los Sagrados Corazones de los padres franceses. Un exclusivo colegio para la época. Al egresar de humanidades, su familia decidió que su destino sería Estados Unidos, donde estudió Comercio. Volvió nuevamente a Chile bien avanzada la década del 40, cuando las piezas del tablero político se estaban moviendo vertiginosamente. El monopolio en el poder de las fuerzas conservadoras se había debilitado hacía por lo menos dos décadas, y se estaban generando nuevos cuadros políticos. La alternancia en el poder había llegado para quedarse.

En el plano deportivo-futbolístico, el campeonato nacional lentamente se fortaleció luego de su formalización en 1933. La ideología que Dittborn hizo suya en el colegio católico, la plasmó a través de múltiples ámbitos, unos más conocidos que otros. En las tertulias de la época, coincidió con un grupo de entusiastas jóvenes, los que dieron paso a la creación y desarrollo del Club Deportivo Universidad Católica. “Carlos nunca fue bueno para los deportes. Lo de él era lo organizativo, el dirigir”, dirá Juanita Barros, viuda de Dittborn. Su carrera como dirigente fue meteórica. En poco tiempo llegó a ser presidente del club cruzado, y luego, de la Asociación Central de Fútbol (ahora ANFP). Más tarde fue vicepresidente de la Conmebol. Quizá sea más recordado por conseguir el mundial para Chile en 1962, junto a Ernesto Alvear, Juan Pinto Durán y Juan Goñi. Fue presidente del Comité Ejecutivo del mundial de 1962.

Pero su faceta política es la que más se desconoce. Dittborn fue un activo militante de la Democracia Cristiana. Era habitual verlo en cenas de camaradería junto a históricos camaradas de la DC, como Bernardo Leighton, Patricio Aylwin, Alejandro Hales, Tomás Pablo y Jorge Lavanderos.

Eran los años en que los militantes de la DC, y en especial sus principales dirigentes, se reunían en el café Astoria o el Santos. Ambos ubicados en el centro de Santiago.

Su partido lo convenció de postular a la diputación en la década del 50. Hay registros gráficos que lo muestran dando encendidos discursos políticos en la gran capital. Pero no le fue bien. Su familia argumenta que accedió a competir porque su partido lo indujo, pese a saber que no tenía reales chances de ser electo. La DC en aquella época estaba comenzando a crecer y a concitar interés ciudadano. Pero Carlos Dittborn no se quedó ahí. Por orden de su partido intentó convencer a un famoso amigo de los medios de comunicación, a fin de que éste postulara a un escaño en el congreso en representación de la Democracia Cristiana. Habló con Julio Martínez, quien declinó la propuesta. El comunicador nunca manifestó abiertamente su tendencia, pero quienes lo conocieron de cerca, dicen que admirada a Eduardo Frei Montalva y que nunca votó por los extremos.

Pero ser militante demócrata cristiano le pasó la cuenta al dirigente previo al mundial. El Presidente Jorge Alessandri Rodríguez marcaba distancia con él, ya que no toleraba a la DC, según cuenta Juanita Barrios. Dittborn enviaba a su amigo Ernesto Alvear a parlamentar con el mandatario, como contraparte del Comité Ejecutivo del Mundial. Quería evitar a Alessandri, para no entorpecer los avances del torneo. El mandatario, a su vez, delegó a su ministro del interior, Sótero del Río, la función de representarlo ante las instancias organizativas del certamen.

Quizá el dirigente hubiera tenido un rol público importante en el mandato de Eduardo Frei Montalva (1964-1970), pero nada de aquello ocurrió.

Carlos Dittborn falleció el 28 de abril de 1962, cuando faltaban 32 días para que comenzara el mundial. Su muerte fue sorpresiva. Una pancreatitis aguda se lo llevó. Se desvaneció en su casa de Los Jazmines 763, Ñuñoa. Tenía 41 años.

Dittborn es más que su frase “porque no tenemos nada, lo queremos hacer todo”.  Es un personaje interesante en un amplio sentido. Se puede abordar desde múltiples dimensiones, y por tanto, la deportiva y política, son dos de tantas.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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