En el resto del país, donde hablaron las urnas, se vivió una suerte de revival perverso: 35 años después de que Bañados dijera NO a Pinochet, las fuerzas que han representado lo más parecido a la lógica reivindicativa de la dictadura, se empinaron como los grandes triunfadores de una elección hecha en democracia. Moría Bañados, ganaban los paladines más duros de un pasado que no logra tener fin.
Este domingo 7 de mayo, mientras miles de chilenos y chilenas presenciaban el conteo de votos de la que ha sido una de las elecciones más anodinas de los últimos años, en el sector oriente de Santiago moría Patricio Bañados, el rostro emblema de la campaña mediática que derrotó a Pinochet en 1988. Locutor, periodista, hombre de radio y televisión, Bañados le plantó cara a la dictadura y lo pagó caro. Con el regreso a la democracia volvió al mundo de las cámaras y reflectores y condujo, entre otros programas, “El Mirador” y “OVNI” en Televisión Nacional, desde donde fue despedido en 2005.
En el resto del país, donde hablaron las urnas, se vivió una suerte de revival perverso: 35 años después de que Bañados dijera NO a Pinochet, las fuerzas que han representado lo más parecido a la lógica reivindicativa de la dictadura, se empinaron como los grandes triunfadores de una elección hecha en democracia. Moría Bañados, ganaban los paladines más duros de un pasado que no logra tener fin.
¿Cuántas cosas murieron en este día en que pareciera que los símbolos colisionaron? Eso lo dirán los analistas y expertos. Los que no tenemos más apellido que el de ciudadanos, sacamos nuestras conclusiones mientras otros celebran.
Esta noche habló el Presidente de la República. Tenía que hacerlo porque la magnitud de lo ocurrido se puede medir en la misma escala que la de septiembre de 2022, salvo por una gran diferencia: el resultado de entonces –61,89% del Rechazo– tenía una paternidad mucho más difusa que la que tiene hoy, en la que un solo partido, el Partido Republicano, que representa a la ultraderecha, obtuvo solo dos puntos menos que la suma de los bloques del centro y la alianza de gobierno. José Antonio Kast, el outsider exiliado por la UDI y RN, el líder del partido de la derecha populista y refractaria por antonomasia, que tanto recuerda los tiempos más oscuros de nuestra historia, tiene la llave de la distribución del poder real en Chile.
¿Quién se hace cargo de la derrota? La farra de antes tiene muchos autores y les conocemos los nombres, pero ¿quién asume la responsabilidad por este nuevo estropicio? ¿Los parlamentarios harán su mea culpa? ¿Los partidos? Apostaría que nadie.
Hoy murió Patricio Bañados, hoy arrasó lo peor de la derecha. Por el primero, sus cercanos harán el duelo necesario. Por lo segundo, o se mira la realidad tal como es o no habrá rito que nos salve de un desconsuelo que hasta ahora parece estar acostumbrándose a acumular derrotas.