La interpretación de eliminar la presencia policial al interior de los estadios fue errónea y debe corregirse. No se trata de que Carabineros, de aquí en adelante, asuma obligaciones de organizador del evento, tampoco que reemplace a guardias privados cuya participación está contemplada en la Ley de Violencia en los Estadios, sino de preguntarnos si, ante eventos de alto riesgo y convocatoria, ¿es posible, con la normativa vigente, replantear la participación de Carabineros al interior de los estadios?
Los desmanes ocurridos en el estadio Ester Roa, en Concepción, provocaron que la seguridad al interior de los recintos deportivos vuelva a estar en el debate.
Una cuestionable interpretación de la Ley de Violencia en los Estadios, en el año 2013, determinó que de ahí en adelante Carabineros dejara de prestar seguridad al interior de los estadios. Se consideró puerilmente que la autoridad policial podía y debía ser reemplazada por guardias privados, costeados por los clubes, relegando a Carabineros a desarrollar un rol accesorio y secundario en las afueras de los recintos deportivos.
La interpretación de eliminar la presencia policial al interior de los estadios fue errónea y debe corregirse. No se trata de que Carabineros, de aquí en adelante, asuma obligaciones de organizador del evento, tampoco que reemplace a guardias privados cuya participación está contemplada en la Ley de Violencia en los Estadios, sino de preguntarnos si, ante eventos de alto riesgo y convocatoria, ¿es posible, con la normativa vigente, replantear la participación de Carabineros al interior de los estadios?
La Ley de Violencia en los Estadios, así como la Ley Orgánica de Carabineros, parecen dar una respuesta positiva a esta pregunta, puesto que una interpretación armónica de estos cuerpos normativos nos lleva a concluir que, ante situaciones de alteración del orden público, los organizadores deportivos, las autoridades públicas, la Fiscalía y Carabineros, pueden y deben por mandato legal coordinarse preventivamente para evitar desórdenes o la comisión de posibles delitos. No existe motivo alguno para estimar que no se pueda incorporar en el diseño la presencia de Carabineros al interior de un estadio. Los clásicos no superan los 8 partidos al año, lo cual es perfectamente abordable.
Para que Carabineros vuelva al interior de los estadios no se requiere ningún proyecto de ley, sino la voluntad de cumplir el artículo 3° bis de la LOC de Carabineros, el cual mandata a la Subsecretaría del Interior a coordinar con Carabineros los servicios policiales que efectuará. Es de esperar que, en el próximo clásico, el color de la cancha no sea el único verde que veamos. La pelota está en poder de la autoridad.