Teniendo presentes los problemas en los cuales nos encontramos hoy, donde la percepción que existe es de una baja valoración de la actividad minera en Chile en general, unido esto a una agenda centrada solo en el aumento de los tributos, nosotros proponemos adoptar la agenda que nos sugiere ChatGPT. Esto es, conscientes de que será un trabajo arduo y que, sobre todo, conforme dice este mismo sitio web, “debería ser desarrollada de manera consultiva, tomando en cuenta las opiniones y perspectivas de todas las partes interesadas”. Nuestra propuesta considera convocar a las asociaciones gremiales mineras, Instituto de Ingenieros de Minas de Chile, municipalidades, las comisiones de Minería del Senado y la Cámara, y las empresas en general.
Dada la relevancia que ha tomado la inteligencia artificial, consultamos días atrás a ChatGPT: ¿Cómo generar una agenda para incentivar la minería en Chile?
Su respuesta la dividió en cinco grupos:
ChatGPT terminaba sus recomendaciones, haciendo ver que “cualquier agenda para incentivar la minería debería ser desarrollada de manera consultiva, tomando en cuenta las opiniones y perspectivas de las partes interesadas, incluyendo a las comunidades locales, las empresas mineras, los trabajadores mineros y los expertos en la materia”.
¿Qué pasa en Chile, un país clave en la minería mundial, que no logra posicionar en la discusión pública esto que a una máquina le parece esencial?
¿En qué estamos realmente, cuando parece que la única discusión válida es cómo exprimir más a estas grandes vacas lecheras –léase empresas mineras–, para así lograr más tributos sin ninguna consideración con respecto a incentivar la creación de nuevos proyectos y empresas?
Lo anterior, puede parecer una crítica injusta, dados los esfuerzos de este y el último Gobierno en torno a la Política Nacional Minera 2050, pero caben dudas legítimas y razonables respecto a que, si bien el primer trabajo de discusión se hizo, pareciera que luego nos hemos perdido una vez más en el bosque de ideas que generamos en esa primera etapa y no necesariamente hemos sido capaces de priorizar o, incluso, informar adecuadamente.
Desde 1990 el país creció gracias a las inversiones mineras contabilizadas en cientos de miles de millones de dólares. Esta inversión que movió al país de manera importante no solo generó nueva capacidad productiva, sino que permitió el desarrollo de empresas de ingeniería nacional, nuevos proveedores, nuevas capacidades de empresas constructoras altamente especializadas, nuevos profesionales que permitieron que esto se desarrollara con una fuerte componente chilena, pese a ser capitales fundamentalmente extranjeros.
No podemos olvidar o incluso quizás aprender que, conforme a cifras de Price Waterhouse, del valor económico total generado por las empresas mineras, más de un 65% queda en el país en la forma de: impuestos, pagos a proveedores, reinversiones, sueldos a los empleados, inversiones en las comunidades, etc.
Pero hoy la minería muestra en Chile importantes signos de cansancio. El más claro es la información que aporta la Sociedad Nacional de Minería, cuando muestra que, durante las primeras dos décadas del presente siglo, las leyes en explotación han caído desde un 1% a un 0,63% de cobre en las faenas mineras del país. Estas cifras deben ser comparadas con las leyes de cobre existentes en los nuevos yacimientos de países que están jugando el papel que Chile jugó en la década de 1990, como son Kazajistán, México, Zambia, Congo y Perú; mencionados algunos de ellos por ChatGPT. Estos cinco países representaban el año 2000 solo un 14% de la producción del mundo, doblando a un 28% el 2020 su aporte a la producción mundial. El ejemplo más concreto es el proyecto Kamoa-Kakula en el Congo, con una producción equivalente a un 14% de la de Chile, cuyas leyes de cobre en el inicio son entre 5% y 7%. Esto significa que por cada tonelada de roca que extraen, obtienen 10 veces más cobre que en Chile, es decir, son 10 veces más productivos que las minas nacionales.
Dadas las recomendaciones de ChatGPT y lo que nos dice sobre la competitividad de los países, ¿estamos en la discusión correcta en Chile, respecto de generar una agenda minera que permita mayor inversión y crecimiento de este sector?
La respuesta es clara: no.
Teniendo presentes los problemas en los cuales nos encontramos hoy, donde la percepción que existe es de una baja valoración de la actividad minera en Chile en general, unido esto a una agenda centrada solo en el aumento de los tributos, nosotros proponemos adoptar la agenda que nos sugiere ChatGPT. Esto es, conscientes de que será un trabajo arduo y que, sobre todo, conforme dice este mismo sitio web, “debería ser desarrollada de manera consultiva, tomando en cuenta las opiniones y perspectivas de todas las partes interesadas”.
Nuestra propuesta considera convocar a las asociaciones gremiales mineras, Instituto de Ingenieros de Minas de Chile, municipalidades, las comisiones de Minería del Senado y la Cámara, y las empresas en general. Y las temáticas son:
Si una agenda similar a esta se hiciera pública y con la participación de muchos estamentos, quizás cuando volvamos a consultar sobre la competitividad de los países al ChatGPT, este no se olvidará de nosotros como ocurre hoy en día.
* En estas reflexiones ha participado el ingeniero Julio Cifuentes, miembro de la Comisión de Política Minera del Instituto de Ingenieros de Minas de Chile (IIMCH).